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La guerra del Paraguay – Leonardo Castagnino

550 páginas
medidas: 15 x 25 cm.
Ediciones La Gazeta Federal
2014
, Argentina
tapa: blanda, color, plastificado,
Precio para Argentina: 220 pesos
Precio internacional: 19 euros

En esta obra se dan a conocer opiniones sobre las causas y consecuencias de la llamada Guerra del Paraguay o de la Triple Alianza y se incluye el relato de las principales acciones bélicas. El autor trascribe documentos de distintos autores y fuentes que cita, para avalar su opinión sobre esa guerra, a la que considera parte de las luchas civiles entre unitarios y federales, las agresiones de las potencias europeas de la época, y el constante avance del imperio brasileño sobre la cuenca del Río de la Plata, hasta desembocar en los hechos de Caseros, las luchas civiles posteriores y la guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay.
El autor hace suyas también las palabras del historiador francés Hipólito Taine, que en 1891 expresara: “Para mayor certeza, he transcripto, tan frecuentemente como he podido, las propias palabras. De esta manera, el lector, colocado en presencia de los textos, podrá interpretarlos por si mismo y formar su opinión personal; tendrá las mismas piezas que yo para deducir conclusiones, y lo hará, si le parece bien, en distinta manera que yo”. (H.Taine. Paris 1891)
Compartiendo la opinión de Juan Bautista Alberdi, que la calificó como “una guerra civil de nuestros pueblos contra la triple oligarquía antinacional de Buenos Aires, Montevideo y Río de Janeiro”, el autor ha titulado la obra “Guerra de la Triple Alianza contra los países del Plata”.

ÍNDICE

PRÓLOGO 14
CAP.1 – UN POCO DE HISTORIA 17
Paso de las Termópilas 17
Canela y estrategia 17
La cuna de la civilización 19
El dogma del libre comercio 20
Las invasiones inglesas 22
Los empréstitos 24
El marinero herido 28
La intervención francesa (1838) 29
Intervención anglo-francesa (1845) 31
CAP.2 – LA INDEPENDENCIA DE PARAGUAY 32
Gaspar Rodríguez de Francia y Velasco 32
Rosas y el Dr. Francia 34
Carlos Antonio López Ynsfrán 36
El pedido de independencia paraguaya (1842) 38
La negativa de Rosas (1843) 40
El vaticinio de Rosas 41
La perspectiva histórica. 43
El desarrollo Paraguayo 43
Francisco Solano López Carrillo 49
Madame Lynch 54
Errores de Carlos y Francisco S. López 55
CAP. 3 – SITUACIÓN GEOPOLÍTICA 67
El avance lusitano y el Imperio de Brasil 67
La Confederación Argentina 79
Uruguay: la llave del Plata 86
El Paraguay mediterráneo. 90
Gran Bretaña 92
CAP. 4 – LA HEGEMONÍA DEL PLATA (1852-1865) 94
El Barón de Mauá (1813-1889) 94
Los ganaderos riograndenses 97
La Orden del Cruzeiro (1856) 98
Los patacones 99
Paraguay y el imperio 100
Santiago Canstatt: “marinero herido” (1859) 104
El alma grande de Juan Manuel 106
CAP. 5 – ACTITUDES PREVIAS A LA GUERRA 109
Campaña periodística 109
Propósitos de la alianza de 1851 116
La carta paraguaya 117
Urquiza y los federales 121
La invasión a la Banda Oriental (1863) 129
La lucha eterna. 133
Las bolillas que faltaban. 133
Washburn: el filibustero norteamericano. 134
Intenciones imperialistas 137
CAP. 6 – LA GUERRA EN LA BANDA ORIENTAL 139
La agresión al buque “Villa del Salto” (26-08-1864) 139
Mitre en el rosetal. 140
El genio invisible. 141
La propuesta de Urquiza. (Noviembre de 1864) 144
Paranhos: el sagaz diplomático imperial. (diciembre de 1864) 145
La toma de Paysandú (1° de enero de 1865) 146
El asalto: los hijos de Artigas. 148
Asesinato de Leandro Gómez – El “infame espectáculo” 150
El vendedor de caballos 151
Nunca, General… 152
El abastecedor de municiones 153
La caída de Montevideo 153
Las revanchas de Ituzaingó 156
CAP.7- INICIO DE LA GUERRA PARAGUAY- BRASIL 158
El Mato Grosso 158
Paraguayos a los hechos (Octubre, 1864) 159
Ocupación de Mato Grosso (Noviembre, 1864) 160
La estrategia del movimiento 160
La política brasileña 161
CAP. 8 – ARGENTINA ENTRA EN LA GUERRA 168
La comedia continúa 168
Una partida de fulleros. 168
Acuerdo de Puntas del Arroyo Rosario (18 de mayo de 1864) 175
La declaración de guerra (18 de marzo de 1865) 176
El cuerpo del delito: Tratado secreto de la Triple Alianza 179
Solidaridad y apoyo al Paraguay (1866) 187
Polémica Mitre-Alberdi 188
CAP. 9 – LOS EJÉRCITOS DEL CONFLICTO 193
El debido homenaje 193
El temple y el ánimo de las tropas 193
Las tropas paraguayas. 196
Las tropas argentinas. 200
Los “mercenarios” europeos 206
Las tropas orientales 207
Las tropas brasileñas 208
Escuadra “mais grande do mundo” 213
Las tropas inglesas 214
CAP.10 – LOS CRÍMENES DE LA GUERRA 215
Degüellos y cepo Uruguayana 215
Carta de Solano López a Mitre. 215
Los prisioneros paraguayos 216
Un sádico en la guerra: el Conde D´Eu 217
La guerra bacteriológica 218
CAP.11 – LA CAMPAÑA DEL SUR 220
La toma de Corrientes (Abril de 1865) 220
Batalla naval de Riachuelo 221
El avance paraguayo. 222
Yatay (Agosto de 1865) 223
Uruguayana (setiembre de 1865) 224
Repaso del Paraná (octubre de 1865) 230
Corrales o Pehuajó: ¿Impericia o traición? (enero de 1866) 231
El profesor de estrategia 234
“O esquadrão descangalhadora” (1866) 236
Banco de arena Purutué (abril de 1866) 237
CAP.12 – INVASIÓN A PARAGUAY (1866-1867) 239
Desembarco aliado (16 de abril de 1866) 239
Ocupación de Itapirú (abril de 1866) 239
Batalla de Estero Bellaco (2 de mayo de 1866) 240
Tuyuti (24 de mayo de 1866) 242
Potrero Sauce y Boquerón (Julio de 1866) 247
Batalla de Curuzú (setiembre de 1866) 254
Vísperas de Curupayty (setiembre 1866) 256
Entrevista de Yataity Corá (12 de setiembre de 1866) 258
Curupayty: todo previsto… menos la derrota 262
La tragedia de Curupayty (22 de setiembre de 1866) 263
¿Y la escuadra brasileña? 268
Las cifras de la tragedia 268
CAP.13 – REPERCUSIONES DE CURUPAYTY. 272
La oposición a la guerra 272
Felipe Varela 275
La resurrección de Clavero 278
El silencio de Urquiza 279
“Lanza seca” 280
Inacción Aliada y actividad Paraguaya 281
El cólera 282
Muere el General Pedro E. Díaz 282
Carta de Francisco Solano a su hijo Emiliano López. 284
CAP.14 – LA CAMPAÑA DE HUMAITÁ 289
Movimiento Aliado sobre Humaitá (1867) 289
Tentativas de paz (1867) 290
Expedición sobre Departamento Alto Paraná (1865-1868) 290
El Cuadrilátero 292
El Umbú (1867) 293
Acciones de San Solano, Potrero Obellá y Tayy 294
Tuyu-Cué: la segunda Tuyutí (1867) 295
Repliegue paraguayo 297
El asalto a Paso Poí (diciembre de 1867) 298
Mitre se retira del frente (enero de 1868) 299
El paso de Humaitá (Febrero de 1868) 300
Combate de Espinillo (21 de marzo de 1868) 300
Reducto de Cierva 301
Intentos de abordaje 302
Evacuación del Cuadrilátero. 304
Sitio y asalto de Humaitá (Julio de 1868) 305
Acayuazá (julio de 1868) 306
Evacuación de Humaitá (23 de julio de 1868) 307
Masacre de Isla Poí (julio de 1868) 307
CAP.15 – CAMPAÑA DE PIKYCYRY 309
San Fernando (1868) 309
La línea del Pikycyry 310
Arroyo Yacaré (agosto de 1868) 310
Arroyo Surubíy (septiembre de 1868) 311
Rodeo por el Chaco 312
El Ministro norteamericano en Itá-Ibaté (1868) 312
A orillas del Itororó (diciembre de 1868) 314
Arroyo Avay (diciembre de 1868) 315
Lomas Valentinas, Potrero Mármol (diciembre de 1868) 317
El ejemplo de Rosas en Caseros 320
Respuesta a una intimación insolente (diciembre de 1868) 324
Los héroes de Ypecuá (diciembre de 1868) 328
La bandera de Angostura (30 diciembre de 1868) 330
CAP. 16 – EL ARRIBO DE LA CIVILIZACIÓN 332
Un milagro paraguayo 332
Palabras amistosas (junio de 1868) 332
El saqueo de Asunción (enero de 1869) 334
El arribo del príncipe (abril de 1869) 337
La escuadrilla 338
El crimen de Ibycuí (mayo de 1869) 339
La bandera paraguaya (mayo de 1869) 339
Combate de Paso Tupí-Pytá (30 de mayo de 1.869) 342
La caravana de Ybitimi. (junio de 1868) 342
Combate de Paso Jara (24 de junio de 1868) 343
La diplomacia sagaz 343
CAP. 17 – CAMPAÑA DE LAS CORDILLERAS (1869) 344
Los crímenes de Piribebuy (agosto de 1869) 344
La masacre de Acosta-Ñú o Rubio-Ñú (agosto de 1869) 347
La canallada de Caraguatay (Agosto de 1869) 350
La figura hercúlea 351
Demasiada gente. 352
CAP. 18 – CERRO CORÁ – 1870 353
Caravana del infortunio 353
El asedio 355
El inútil sacrificio. 357
A orillas del Aquidabán: “Muero con mi Patria” (1-3-1870) 357
La confesión del crimen. 359
La barbarie 360
Testigo presencial Silvestre Aveiro 361
Testigo presencial Juan C. Centurión 367
El legado del Mariscal 372
CAP. 19 – ¿NI VENCEDORES NI VENCIDOS? 375
A confesión de partes… 375
Las cifras del genocidio. 377
Botín de guerra 379
Los empréstitos civilizadores 379
“Deseducando” al soberano 382
Los negocios de la guerra 383
EPILOGO 386
Actitud americana. 386
Los designios del Imperio 386
Tratado Cotegipe-Loizaga 387
Mitre en la telaraña. 389
Mitre en Asunción (julio y agosto de 1873) 392
Tratado definitivo Irigoyen-Machain (1876) 394
ANEXO 396
Informe de Caxias al Emperador 396
Opiniones de José Henández 411
Opinión del historiador mexicano Carlos Pereyra 412
Opinión del militar brasileño General Bagueira Leal 413
Mapas de la guerra 415
Reseñas biográficas 415
Vocabulario 418
Bibliografía y citas. 419

PRÓLOGO

No podemos ver la llamada Guerra de la Triple Alianza contra Paraguay como un hecho aislado, sino como el eslabón de una serie de sucesos que empezaron mucho antes y continuaron luego.
Las razones que se dieron para llevar adelante esa hecatombe rayan en el cretinismo. Entre ellas se dijo que era necesario destituir un “tirano” y “liberar” a los paraguayos, y para ello se hizo previamente una insidiosa campaña de prensa. Los paraguayos estaban muy conformes con su “tirano” y no pidieron a nadie que los liberara; pero aún suponiendo que López haya tiranizado a su pueblo ¿Quién estaba libre de culpa para tirar la primera piedra? ¿Veían la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el propio? ¿Quién tenía derecho a meterse a justiciero en país extraño? ¿A qué tirano iba a destituir el mitrismo, que mantenía sojuzgadas por la fuerza, las intrigas y el engaño a todas las provincias interiores, uniformando el país “a palos” en una “guerra de policía”, como le ordena a Sarmiento, y ganando elecciones a sablazos y puñaladas? ¿Qué tirano iba a desplazar Venancio Flores, gaucho aventurero al servicio del mitrismo y del Brasil, insurreccionado en su patria contra el gobierno legal de Berro, “el mejor gobierno Oriental”, según el diplomático argentino y poeta José Mármol? ¿Qué derecho tenía Pedro II de ponerse en el papel de justiciero para “liberar” a los paraguayos cuando él mantenía en su propio territorio millones de hombres, mujeres y niños en la esclavitud y la servidumbre infame? Los argumentos del “tirano” no resisten ni un primer análisis.
¿Llevar la “civilización y el progreso” al Paraguay? La República del Paraguay tenía adelantos técnicos de los que carecían sus vecinos; su economía era sólida y sin deuda externa, a diferencia de sus vecinos que vivían de prestado. El pueblo paraguayo era mucho más alfabetizado que cualquiera de sus vecinos, y era dueño de sus vidas y su trabajo. ¿Qué civilización y progreso llevaron los aliados, sacrificando y matando a todo un pueblo, destruyendo y robando todos sus bienes, sojuzgando una nación y destruyendo sus industrias e imponiendo el pago de una deuda infame? En la prensa y documentos que pretendieron justificar la guerra se repetían incansablemente, como veremos, las palabras “tirano, civilización, progreso”. Esa montaña de papeles habrá engañado a muchos, pero no a todos, y a lo largo del libro se transcriben documentos escritos por los mismos personajes que argumentaron la “civilización” como causa, documentos que resultan verdaderas confesiones del delito cometido y que dejan al descubierto la perversidad y cinismo argumental. “Para mayor certeza, he transcripto, tan frecuentemente como he podido, las propias palabras. De esta manera, el lector, colocado en presencia de los textos, podrá interpretarlos por sí mismo y formar su opinión personal; tendrá las mismas piezas que yo para deducir conclusiones, y lo hará, si le parece bien, en distinta manera que yo”. (H.Taine. Paris 1891)
Las verdaderas causas de la guerra no están en la palabra “civilización” ni nada que se le parezca; las verdaderas causas de la guerra están en una serie de intereses cruzados durante décadas y siglos de intrigas diplomáticas, políticas, ideológicas y culturales, que llevaron a enfrentamientos hasta degradar y desmembrar Hispanoamérica en general, y las Provincias Unidas del Río de la Plata en particular.
Por el siglo XVI la América lusitana era apenas un territorio, pero lo que los españoles ganaban por las armas, lo perdían en las negociaciones y tratados. Aplicando las mismas estrategias de Gran Bretaña, de quien eran aliados, para el siglo XVIII los portugueses ya habían puesto un pie en el Río de la Plata. El imperio brasileño heredó de los lusitanos esa experiencia y proceder. Su diplomacia intrigante, sigilosa y sagaz, provocaba el enfrentamiento de las provincias españolas, fomentaba su división y desmembramiento, y aliándose a unas y a otras en forma alternativa, debilitaba a todas y avanzaba en su dominación territorial, económica y política. Usaba la fuerza, la agresión o la diplomacia sigilosa y tenaz para obtener sus objetivos, y podríamos decir que en toda situación de conflicto o de paz entre pueblos hispanos, había un inglés o un brasileño como beligerante, mediador, intrigante, diplomático o bandeirante.
Esta política sagaz y sigilosa del Imperio, no fue advertida o anulada por los hombres de Buenos Aires. Sus dirigentes serían muy cultos, instruidos y doctores, pero caían en la redes de la diplomacia imperial como ingenuos distraídos, y podríamos decir que el único que comprendió esa política fue Juan Manuel de Rosas, que la enfrentó sin perder un palmo de territorio. Por eso combatieron a Rosas durante veinte años, usando inclusive argentinos como auxiliares, hasta derrotarlo finalmente en Caseros con la alianza de extranjeros, unitarios y traidores.
Por ese motivo decimos que la Guerra Grande o Guerra de la Triple Alianza no fue sino el eslabón de una cadena con otro fin muy distinto que el de la “civilización”. Si bien fue el pueblo paraguayo el que más sufrió esa tragedia, podríamos decir que el nombre de “Guerra de la Triple Alianza contra Paraguay” es impropio, y como quedará demostrado, parece ser más acertado el nombre de “Guerra de la Triple Alianza contra las Provincias de la cuenca del Plata”. El propio Juan Bautista Alberdi la calificó como una guerra civil de nuestros pueblos contra la triple oligarquía antinacional de Buenos Aires, Montevideo y Río de Janeiro.
Dedico este trabajo a todas las víctimas de esa guerra infame. A los muertos y heridos, soldados, civiles, hombres, mujeres, niños y ancianos que sufrieron y padecieron de una forma u otra. A las tropas heroicas de los cuatro beligerantes, que participaron en defensa de sus patrias por convencimiento o como esclavos, arrastrados por el engaño o por la fuerza hasta los esteros del Paraguay. Lo dedico también a los que no tuvieron la fortaleza de soportar tanta tragedia, incluidos a cobardes y traidores por miedo o debilidades, y los pueblos de las naciones que sufrieron el error de sus dirigentes equivocados. Excluyo en cambio a los que participaron por intereses de egoísmos propios o ajenos, y aunque sin juzgar nadie, excluyo sobre todo a los responsables perversos o equivocados que llevaron a miles de hombres a la tragedia y degradación de sus naciones.