200 páginas
medidas: 14,5 x 20 cm.
Ediciones Sieghels
2016, Argentina
tapa: blanda, color, plastificado,
Precio para Argentina: 260 pesos
Precio internacional: 24 euros
Cuando tras la Operación Barbarroja las tropas de la Wehrmacht alemana entran en Ucrania hallan allí un conjunto de grupos ultranacionalistas dispuestos a luchar junto a los nazis contra los soviéticos. Los dirigentes ucranios querían formar una unidad operativa táctica como núcleo del futuro ejército nacional, que pudiera luchar por la independencia de Ucrania. La población aceptó con inusitado entusiasmo la decisión de sus dirigentes, de tal manera que para 20.000 vacantes se presentaron más de 100.000 voluntarios.
Se creó así la “14.ª División de Granaderos Waffen-SS” (14. SS-Freiwilligen Division “Galizien”) en abril de 1943, conocida como División “Halychyna” (D.U.1) o División Galizien, que además tuvo el privilegio, inédito en las SS, de la inclusión de su propios sacerdotes.
El ingeniero, periodista e investigador especializado en historia militar, Jorge Tys-Krojmaluk, sintió desde muy temprana edad el llamado de la lucha por la recuperación de la independencia nacional, actuando en distintas organizaciones políticas de Ucrania Occidental. Cuando se formó la 1. División Ucrania se incorporó a la misma como Teniente 1.º actuando en su Estado Mayor (Sección VI), desde donde siguió todas las alternativas sufridas por sus tropas, terminando la guerra con el grado de Mayor. Cuando tras la guerra se radica en Argentina, y mientras ocupaba relevantes cargos en la colectividad ucraniana, decide escribir el presente libro para honrar a los combatientes de su país alistados en Ejército Alemán.
El autor presenta un panorama claro y preciso de los entretelones políticos y militares previos a la formación de la D.U.1, así como de los principales hechos de armas de la misma, poniendo de manifiesto el heroísmo de sus integrantes en el duro combate. Estas son páginas de palpitantes sucesos vividos por la juventud ucrania que, bajo uniformes militares extranjeros, debió ocultar su alma y su corazón para así mejor servir a la gran misión de liberar a su querida patria en la lucha contra Rusia, que en este caso se circunscribe a la segunda guerra mundial pero que en realidad tiene más de 300 años de historia.
ÍNDICE
Prefacio del Teniente General D. Pablo Shandruk, 9
ex Comandante en Jefe del Ejército Nacional Ucranio
Prólogo del autor15
Introducción19
I. El teatro de operaciones23
1. El aspecto geográfico23
2. Evolución de la situación política de Ucrania de 1920 a 194326
II. Antecedentes, argumentos y organización33
1. Antecedentes33
2. Argumentos44
3. La decisión51
4. La asistencia religiosa59
5. Composición60
III. La batalla de Brody71
1. Los primeros combates71
2. La batalla de Brody74
3. Memorias e informes sobre la batalla de Brody85
IV . Después de Brody127
1. Reorganización127
2. Los combates en Eslovaquia130
V. El fin139
1. Los últimos combates (Austria)139
2. Memorias sobre los combates en Austria155
3. Prisioneros y libertad160
4. Errores y equivocaciones163
VI. El ejército nacional ucranio y los entretelones políticos167
1. Wlasov y el ejercito nacional168
2. La firmeza del general Shandruk172
VII. Como nos han visto179
1. Los norteamericanos179
2. Los alemanes189
3. La propaganda soviética190
Bibliografía consultada195
ANEXOS
Organigrama de LA D. U. 1 “Halychyna”
Los combates en Eslovaquia
Batalla de Brody: 1 Fase: Situación inicial
Fase: El ataque.
Fase: El cerco.
Fase: La ruptura.
En la literatura soviética
La división en Austria.
Prefacio del Teniente General D. Pablo Shandruk,
ex Comandante en Jefe del Ejército Nacional Ucranio
Ideal y anhelo de toda nación es poseer su propio estado, ya que éste constituye el mayor tesoro de cada pueblo y de cada ciudadano. De esta manera, su obligación primordial es luchar y defender ese tesoro.
La Nación Ucrania lucha desde hace siglos contra los numerosos enemigos cercanos y lejanos. La bendecida tierra ucrania, con sus riquezas inmensas siempre ha atraído las ansias de sus vecinos pues en ella veían la seguridad de la satisfacción de sus necesidades materiales gracias al aprovechamiento de las fuerzas de trabajo del pueblo ucranio.
El destacado estadista y estratega ucranio del siglo XVII, Hetmán Bohdan Jmelnytzky aseguró el futuro de la nación mediante el sangriento camino de las guerras libertadoras iniciadas por sus antecesores. Pero, agotada por las graves luchas, la nación ucrania no pudo conservar su territorio ante las fuerzas enemigas que la agobiaban. Por ello, el Hetmán buscó la alianza militar con Moscú (Tratado de Pereiaslav, 1634). Esta alianza era conveniente para ambos contractantes ya que si Ucrania se veía respaldada por la potencia de Moscovia, ésta a su vez veía aseguradas sus fronteras meridionales y occidentales contra las aspiraciones de otros imperialismos de la época que pugnaban por expandirse hacia los territorios moscovitas. Desde este punto de vista resulta claro ver que el tratado de Pereiaslav brindó a Moscú la oportunidad para desarrollar las bases de su propia expansión imperialista, la cual contemplaba en primer término la conquista de su aliada Ucrania. De esta manera, gradualmente fue haciendo sentir su poder avasallador hasta que terminó por incorporar a Ucrania como la “hermana más joven” de su naciente imperio.
A pesar de ello el pueblo ucranio nunca renunció a sus derechos políticos y estatales; nunca quiso ser el objeto de la política imperial rusa. Las guerras de los hetmanes de los siglos xvii y xviii, así como todos los levantamientos y la lucha intelectual de los siglos xix y principios del XX, constituyen las mejores pruebas de ese irrevocable sentimiento.
Con la revolución de 1917 se presentó una nueva posibilidad para el renacimiento nacional ucranio. Se formó un gobierno que proclamó la separación de Moscú (10 de junio de 1917) y más tarde la total independencia nacional (22 de enero de 1918), acto de soberanía que atrajo sobre sí a las fuerzas del nuevo imperialismo moscovita rojo.
Durante cuatro largos años luchó el pueblo ucranio contra los bolcheviques con fuerzas que se habían debilitado mucho en los años de la primera guerra mundial debido a la impericia de la conducción militar zarista.
En su lucha contra el comunismo ruso los ucranios no tenían ni recibieron ninguna ayuda de las grandes potencias que, según decían, luchaban por la libertad de los pueblos. Por el contrario, el Occidente olvidó su tesis de libertad y ayudó precisamente al nuevo imperio ruso. Como era de esperar, abandonada por todos, Ucrania pereció en la desigual lucha.
Después de la guerra, el ocupante rojo trató de liquidar implacablemente todos los movimientos del espíritu nacional e independiente ucranio, utilizando todos los sistemas imaginables para ello: genocidios, el hambre artificial de 1931-33 y la compulsiva evacuación en masa del pueblo ucranio hacia los lejanos territorios asiáticos de Siberia. Mediante un sangriento terrorismo
Moscú pretendió quebrar todas las formas de la resistencia ucrania, inclusive la resistencia silenciosa.
Al producirse la segunda guerra mundial Ucrania fue ocupada por los alemanes, los cuales fueron vistos por los ucranios y otros pueblos subyugados como sus libertadores. Pero Alemania evidenció ser un enemigo no menos peligroso que los rusos. Fue entonces que contra ambos enemigos, rusos y alemanes, se levantó la nación ucrania creando el UPA (Ejército Guerrillero Ucranio), organización que se dedicó a defender al infeliz pueblo, nuevamente explotado, expoliado y trasladado en masa hacia otras regiones, para realizar trabajos forzados. Asimismo, al igual que los rusos, los alemanes incorporaron en las filas de sus fuerzas armadas alrededor de 220.000 jóvenes ucranios, haciéndolo en unidades mixtas y sin ningún objetivo nacional.
En vista de la segura pérdida de la guerra y por motivos políticos y tácticos, los alemanes empezaron a formar tropas extranjeras con el objetivo de “luchar voluntariamente contra el enemigo común”. Entonces, se estudió con los alemanes la proposición de formar una legión ucrania.
Después de la consulta de los dirigentes políticos con el comando de las fuerzas clandestinas, los ucranios declararon su conformidad para la formación de una división ucrania bajo claras condiciones militares y nacionales. Era claro que los dirigentes ucranios querían formar una unidad operativa táctica como núcleo del futuro ejército nacional, que pudiera luchar por la independencia de Ucrania contra el debilitado enemigo ruso. La población de las provincias ucranias no ocupadas aún por los bolcheviques aceptó con inusitado entusiasmo la decisión de sus dirigentes. De tal manera, para 20.000 vacantes se presentaron más de 100.000 voluntarios, pero los alemanes no supieron, o no quisieron, aprovechar estas posibilidades. Además, sólo a medias aceptaron las proposiciones ucranias, e implantaron en la División un sistema de disciplina basada en el terror, imponiendo la pena de muerte por pequeñas informalidades. Prohibieron las manifestaciones nacionales, llegando hasta prohibir que se entonaran cantos patrióticos y populares nacionales.
Los dirigentes políticos y militares ucranios me encargaron en las últimas semanas de la guerra el Comando en Jefe y la formación del Ejército Nacional Ucranio (ENU), al que se incorporó la 1. División Ucrania (D.U.1). Esto constituyó un gran honor hacia mi persona, por hacerme responsable de la creación del ENU y proclamar la verdadera intención del Ejército Nacional, que fue integrado por la D.U.1 y otras unidades ucranias que formaban parte de las fuerzas alemanas y pudieron ser localizadas y reagrupadas.
Sin embargo, debido a la rapidez con que se desarrollaron los acontecimientos en los últimos meses de la guerra, mi obligación mayor fue la de salvar a los soldados de ser entregados a los bolcheviques, peligro real en vista de la capitulación total de Alemania. En este esfuerzo, justo es reconocerlo, desarrolló un importantísimo papel la Santa Sede, por intermedio de nuestro representante en el Vaticano, monseñor Ivan Buchko.
En su destacada y magnífica obra “Guerra y Libertad”, el mayor-ingeniero Jorge Tys-Krojmaluk presenta un panorama claro y preciso de los entretelones políticos y militares previos a la formación de la D.U.1, así como de los principales hechos de armas de la misma.
Estas son páginas de palpitantes sucesos vividos por la juventud ucrania que, bajo uniformes militares extranjeros debió ocultar su alma y su corazón para así mejor servir a la gran misión de liberar a su querida patria. Al mismo tiempo, constituyen páginas de enseñanzas para el mundo libre ya que evidencian claramente los errores políticos y militares en que incurrieron los alemanes al no seguir una clara política libertadora con los pueblos subyugados por Moscú; aspecto que cobrará inusitada actualidad cuando en una eventual y futura contienda mundial se trate, una vez más, el espinoso problema de la liberación de los pueblos y naciones cautivos del imperialismo ruso comunista.
Trenton (New Jersey), enero de 1961.
Pablo Shandruk
Teniente General
Prólogo del autor
El tema de esta obra constituye un fragmento de la lucha librada por el pueblo de Ucrania para obtener su liberación de Rusia durante la II Guerra Mundial. Un fragmento del que discretamente no se habla y que por ello mismo es poco conocido en los medios civiles y militares de Occidente.
La lucha de Ucrania contra Rusia, ya sea la zarista o la comunista, dura ya 300 años. La meta de Rusia siempre fue la de hacer desaparecer a la Nación Ucrania e incorporarla a su organismo imperialista. El camino seguido es conocido: rusificación, falsificación de los hechos históricos, destrucción de los dirigentes y obras culturales nacionales, perversión de la juventud, genocidios, transplante de la población y campos de trabajos forzados en los terrenos glaciales de Siberia.
Los ucranios se defendieron siempre, y a veces lograron éxitos. En tiempos de paz lucharon contra los esfuerzos rusos que trataban de rebajar a la Nación Ucrania al mero nivel de un pueblo étnico de una provincia administrativa del Imperio Ruso. Durante las guerras luchó con las armas en la mano contra el gobierno de Moscú. Así, en tiempos de la Revolución Rusa de 1917, Ucrania se independizó de Rusia y formó un Estado libre y soberano, pero fue invadida por los Soviets y durante 4 años mantuvo una cruenta guerra contra el comunismo ruso; y si finalmente fue derrotada, ello se debe a la abrumadora mayoría soviética y a la ausencia total de ayuda de parte de los países occidentales. En la II Guerra Mundial también lucharon para restaurar su libertad, siendo sus guerreros más conocidos los del U.P.A. (Ejército Guerrillero Ucranio) y los integrantes de la 1. División Ucrania. Durante esta guerra la situación se presentó muy trágica para la libertad ucrania ya que el pueblo y la causa ucranios no tenían prácticamente ningún aliado o simpatizante: los aliados occidentales, a causa de su alianza con la URSS, con la cual no querían enemistarse mientras duraran las hostilidades; los alemanes, a causa de su política de rapiña y opresión de los pueblos ocupados; las naciones vecinas (Polonia, Rumania y Checoslovaquia y Hungría) por ser países que hasta 1939 ocupaban partes del territorio étnico ucranio y no querían perderlos al reconocer la existencia de una Ucrania libre y soberana que abarcase dichos territorios.
La lucha contra el imperialismo ruso no ha terminado y ninguno de los dos bandos ha triunfado, pues si bien los rusos ocupan el territorio nacional ucranio, no han logrado en cambio hacer desaparecer las ansias de libertad de su pueblo, el que mantiene una ordenada resistencia pasiva contra el odiado ocupante. La lucha no ha terminado y aún queda un largo, áspero y sangriento camino por recorrer.
Ya es tiempo de romper la cortina de silencio, falsificaciones y mentiras tendidas sobre la segunda guerra mundial y los esfuerzos ucranios por recuperar su libertad, y es con ese objetivo que se ha escrito este libro.
Antes de desarrollar nuestros tópicos, quiero agradecer a los miembros de la Fraternidad de la División Ucrania en la Argentina, Estados Unidos y el Canadá, a los integrantes del Instituto Informativo Editorial Ucranio de Buenos Aires que hicieron posible la aparición de esta obra, y muy especialmente quiero dejar sentado mi agradecimiento a los señores D. Enrique Martínez Codó y D. Irineo Lypynsky, a cuyos muchos esfuerzos y desvelos se debe la versión castellana del presente libro.
Buenos Aires, diciembre de 1960.
Introducción
No cabe ya ninguna duda que nuestra generación se encuentra frente al gran intento del imperialismo ruso de extender sus dominios hacia todos los confines de nuestro planeta.
Sin embargo, el mundo libre parece que no ha tomado conciencia aún del peligro que sobre él se cierne. La táctica de la respuesta, la de la oposición, es defensiva y por lo tanto está subordinada al que tiene la iniciativa; es decir, el comunismo, que ha agregado a su nombre el término “internacional”, lo que induce a hacer olvidar que esa doctrina pragmática y materialista no constituye más que una máscara que oculta al viejo imperialismo moscovita.
En efecto, antiguamente la máscara utilizada fue la religión (desde el siglo XVI), la liberación del Imperio Turco (siglo XIX), el paneslavismo (segunda mitad del siglo XIX), el comunismo (primera mitad del siglo XX) y, en la actualidad, la “liberación del imperio capitalista yanki” y la “coexistencia pacífica”.
Contra este imperialismo solapado, el mundo libre actúa sólo defensivamente en una acción que no se basa en ninguna idea política positiva. Sólo se trata de un “anti” comunismo sin ningún “pro” consistente.
Esta actitud incomprensible de algunos dirigentes políticos occidentales conspicuos, se extiende a una incomprensión sobre la gran potencia moral y material de los pueblos esclavizados y sus aspiraciones de reconquistar su libertad.
Se han expresado, ciertamente, algunas advertencias verbales en repudio por la dominación comunista, pero la mayoría de las mismas están limitadas a los pueblos que cayeron en la órbita del yugo moscovita a partir de 1945, sin mencionar o denunciar al imperialismo que se extendiera al día siguiente mismo del golpe de estado comunista de 1917. Esta debilidad es consentida por algunos importantes círculos de Occidente con el objeto de no irritar a los dirigentes de Moscú y evitar las fricciones que —según dicen— puede conducir al desencadenamiento de la tercera guerra mundial; guerra que, según los entendidos, hace rato que ha estallado bajo una nueva denominación: Guerra Revolucionaria.
En esta publicación se desarrolla un fragmento pequeño y poco conocido de la lucha librada durante la Segunda Guerra Mundial por una de esas naciones subyugadas hace cuarenta años, pero que aún mantiene encendida la llama ardiente de la libertad; la lucha de la Nación Ucrania contra Rusia y su fachada comunista, siendo de notar que este pueblo no sólo es “anti”, sino que también posee un poderoso “pro”: la independencia nacional de su Patria.
Otro punto que se desea subrayar es el ambiente político en que se desarrolló la formación de la 1. División Ucrania (D.U.1) y las diferencias existentes en el plano político e ideológico entre los alemanes y los ucranios, así como los errores de ese período sombrío de la historia de la humanidad, para que sirvan de enseñanza y experiencia a todos los dirigentes políticos y militares que piensan solucionar los problemas de Europa Oriental, sin tener en cuenta los deseos y anhelos de las naciones comprendidas en esa región, tan importante y vital para la existencia del imperialismo ruso.
En este punto hay que destacar la enorme importancia geopolítica de Ucrania, así como su potencia espiritual y material, factores estos últimos que constituyen una seria amenaza para el imperialismo ruso. De ninguna manera la Unión Soviética estará conforme en acceder a los deseos de libertad del pueblo ucranio, ya que la pérdida de la economía de Ucrania, que teóricamente figura como un país libre (recordar que está oficialmente representado y reconocido en la Organización de las Naciones Unidas) le ocasionaría un estrepitoso derrumbe económico. En efecto, la economía ucrania, totalmente integrada en la economía soviética representa dentro del actual potencial de la U.R.S.S., los siguientes guarismos:
Locomotoras a Petróleo ……78 % (1)
Azúcar 68 % (2)
Mineral de hierro 56 % (1)
Arrabio 51 % (1)
Hierro 50 % (2)
Vagones Ferroviarios ……….46 % (2)
Acero 38 % (2)
Tractores 37 % (1)
Carbón 33 % (1)
Carne 26,6% (1)
Leche 23 % (1)
Cereales (total) 22 % (1 y 2) (pero el maíz ocupa el 52 % del total)
(1) Fuente: Folleto “Ucrania multiplica sus riquezas”, editado por la Embajada de U.R.S.S. Buenos Aires, 1959.
(2) Ullstein Handbuch, 1960.
La lucha de Ucrania por recuperar su libertad e independencia es poco conocida en los países occidentales, especialmente sus hechos militares.
Esta historia de la D.U.1 constituye solamente una parte de los esfuerzos del pueblo ucranio, que volverán a repetirse con toda seguridad en el próximo enfrentamiento mundial; y con cuya realidad deberán contar los dirigentes del mundo libre.
Para evitar los errores pasados y aunar esfuerzos para el porvenir es que se ha escrito esta historia.