254 páginas
23 x 15 cm.
Instituto de Publicaciones Navales, 2007
Encuadernación: rústica
Precio para Argentina: 90 pesos
Precio internacional: 22 euros
“La guerra del Atlántico Sur sigue siendo una rica cantera histórica de la cual se desprenden con frecuencia trabajos y estudios cada vez más rigurosos. Este es el caso de este libro de Jorge Bóveda, que alrededor del submarino “Santa Fe” teje una historia que abarca, virtualmente, todo el conflicto, con abundante documentación y testimonios de muchos actores. En síntesis, un libro sobre Malvinas pero no un libro más sobre Malvinas sino un enjundioso y bien planteado trabajo”. Félix Luna.
“Con la pluma amena del novelista y la rigurosidad del gran investigador, Jorge Bóveda sumerge al lector en una de las odiseas bélicas más extraordinarias de nuestra Historia. Sólo las contiendas mundiales y la Guerra Fria habían proporcionado un material semejante.” Javier Navia, del diario La Nación
“Transcurrido más de un cuarto de siglo desde la Guerra de las Malvinas, cabía suponer que eran escasos sus aspectos desconocidos. Sin embargo, poco se sabía respecto a la misión cumplida entonces por el submarino ARA Santa Fe. Y ahora llega Jorge Bóveda, joven historiador especializado en temas navales, para informarnos sobre el particular, suministrando los detalles de una aventura esforzada, cumplida acabadamente pese a las limitaciones que debieron superarse para llevarla a cabo”. Juan Luis Gallardo. Autor de “Operación Algeciras”, Buenos Aires, Emecé, 1989.
“El ARA Santa Fe fue la primera baja importante de la guerra (de Malvinas). Bóveda utiliza su bautismo de fuego como una metáfora de lo que mas tarde le ocurrió a todas las Fuerzas Armadas Argentinas en el conflicto. El libro es ameno y cuenta una hiostoria que necesitaba ser contada. Blair Turner, del “Journal of Military History”, publicación de la Sociedad de Historia Militar de los EEUU.
ÍNDICE
Prefacio de los editores 15
Prólogo 17
Carta al autor del capitán (RE) Horacio A. Bicain 21
Aclaración preliminar 23
Agradecimientos 25
Me uno al Santa Fe 31
Los primeros y los últimos 47
¡Va con 40 y vuelve con 40! 79
Grytviken 101
El bautismo de fuego 109
Indefensos 129
Prisioneros 141
La muerte de Artuso 161
Camino de Ascensión 175
Regreso a la Patria 199
Epílogo 213
Anexo A: Plana Mayor y dotación del S-21 en 1982 229
Anexo B: Sección longitudinal del ARA Santa Fe 232
Anexo C: Condecoración al S-21 233
Anexo D: Acta de rendición Islas Georgias 234
Anexo E: Acta de rendición Puerto Leith 235
Anexo F: Grupo de Tarea Británico 317.9 236
Anexo G: Oficio sobre condecoraciones 237
Glosario 239
Créditos fotográficos 247
Fuentes 249
PREFACIO DE LOS EDITORES
Desde hace tres años el INSTITUTO DE PUBLICACIONES NAVALES (IPN Editores) edita obras dedicadas a la gesta de Malvinas, y lo hace con una premisa particular: exponer las acciones de la Armada Argentina y honrar a quienes participaron exponiendo su propia vida para bien de todos los argentinos.
Así se han sucedido títulos como Poker de Ases en Malvinas (las operaciones de los buques auxiliares en el archipiélago), Deuda de Sangre (el recuerdo de los comandantes navales en acciones de combate), Ataquen Río Grande (la Infantería de Marina dando defensa a las operaciones aeronavales desde esa ciudad), Un cirujano en Malvinas (la terrible experiencia de un cirujano naval en el hospital Militar de Puerto Argentino), y consideramos de mucha utilidad dedicarle, también, una obra con el género novela llamada Operación Rosario (las vivencias de combate de un oficial naval en Malvinas quien también es asignado a la custodia del Papa durante su visita a Buenos Aires).
Anteriormente se ha editado 1.093 Tripulantes (operaciones del Crucero ARA General Belgrano en Malvinas) y Desde el Frente (las operaciones del Batallón de Infantería de Marina 5). Durante el 2007 saldrá una obra, aún sin titular, sobre el Aviso ARA Sobral.
El objetivo de toda esta producción, y de la que continuará publicándose, es exponer a los lectores la dura experiencia de la guerra y el coraje y gallardía de quienes combatieron en unidades de la Armada. El protagonista central es el HOMBRE, no los materiales ni las operaciones. Estos, por supuesto, no son ignorados pero se los relata en torno al combatiente y no al revés.
Con esta obra continuamos tras aquella meta, pero abordando ahora un tema que hasta el presente se ha ignorado en la literatura argentina: las operaciones de los submarinos argentinos en aquel conflicto.
En las páginas que siguen, el lector accederá a las vivencias de los tripulantes del submarino ARA Santa Fe durante su campaña frente a las costas de las Islas Malvinas y de las Islas Georgias. Dispondrá de información que por primera vez toma difusión pública.
Mucho se podrá discutir sobre el acierto, o no, de la decisión de enviar este submarino a la guerra, en particular considerando sus años de vida y la calidad del material bélico del enemigo, como también sobre el resultado logrado. Lo que no puede discutirse es que sus tripulantes navegaron y combatieron con enorme valentía y férrea decisión, enfrentando dos adversarios muy difíciles: la Royal Navy y el Atlántico Sur.
Tripulantes, hombres y sus familias, que la mayoría hoy viven entre nosotros, enfrentan las mismas dificultades y alegrías diarias, personales, del servicio naval o de su nueva actividad. Hombres, y sus familias, que enfrentaron una de las pruebas más duras que la vida pone en nuestro camino: la guerra. Hombres, y sus familias, que están plenamente orgullosos de sus actos. Hombres, y sus familias, que jamás reclamaron nada. Hombres, y sus familias, que merecen un sitial especial entre aquellos que han integrado o integran la Armada Argentina.
Aquí, señor lector, usted conocerá las acciones y los sentimientos de 80 hombres que embarcados en un submarino construido durante la Segunda Guerra Mundial enfrentan todos los avatares que caracterizan una guerra: combatir, sufrir heridas, presenciar la muerte de un camarada y caer prisionero. Para finalmente regresar a su país y no recibir el debido y oportuno reconocimiento. No fueron ellos los que decidieron iniciar una guerra, ni la forma de desarrollarla, pero sí fueron ellos los que la vivieron; y lo hicieron con honor.
El trabajo de investigación efectuado por el autor es de gran calidad y profundidad. Comprende fuentes argentinas y británicas, éditas e inéditas, y recurre a entrevistas a los actores de ambos bandos, incluyendo los más altos niveles de decisión en la Argentina. Una carta redactada por el mismo Comandante del submarino ARA Santa Fe y el prólogo escrito por el capitán de navio Femando Azcueta, Comandante del submarino ARA San Luis, también protagonista de esta campaña naval, representan un sólido aval sobre la importancia de este libro y su contenido.
Al conmemorarse el 25° aniversario de aquel conflicto, como homenaje a los combatientes, y en momentos en que los argentinos estamos ávidos de ejemplos de renunciamiento, sentimiento patrio y verdadera vocación de servicio, el IPN pone en sus manos esta obra que marca un nuevo hito editorial en la Argentina.
Instituto de Publicaciones Navales
IPN Editores
PRÓLOGO
Es ésta otra historia de guerra sin final feliz. Ninguna historia de guerra tiene un final feliz.
Un grupo de hombres y un viejo submarino representan la línea narrativa central sobre la cual se engarzan otras historias de hombres en lucha, para componer así la gran sinfonía de una batalla final.
Un océano helado, furiosos vientos que levantan olas destructoras, noches oscuras, largas, y el frío, siempre el frío, arman el inmenso escenario -cruel al decir de Monserrat- que enmarcará la lúgubre partitura de la batalla en la que los hombres viven, sobreviven, combaten y mueren, como sombras anónimas cuyas historias personales no cuentan mayormente en la estructura general del drama.
La prolija investigación del autor -quien con elogiable equilibrio rescata dignas actitudes por parte de ambos bandos- juntamente con la ajustada narración de las acciones confieren a esta obra una característica particular, dada la multiplicidad de puntos de interés desde la cual se la puede abordar. Así es como resulta un testimonio valioso tanto para el analista en temas navales como para el militar profesional, el historiador y el lector común. Sin duda, este último quedará atrapado no sólo por la esmerada pluma del autor, sino también por la riqueza de las vivencias que contiene.
En efecto, el analista podrá descubrir, paso a paso, cómo el planteo inicial de un “manejo del poder militar en situación de crisis” resulta incorrectamente desarrollado por la conducción política y estratégica militar argentina y desemboca en una batalla desenfrenada, para la cual la nación ni sus fuerzas armadas fueron preparadas. En cuanto al mando inglés, razones habrá creído poseer para llevar a cabo una reacción armada absolutamente desproporcionada, no acorde con la real gravedad de los hechos producidos. En pos de ella empeñó un poder de combate y logístico de una magnitud que realmente impresiona, mediante la masiva y costosa movilización de sus propias fuerzas y la explícita ayuda militar de los Estados Unidos de América. Sobre tales criterios, estas páginas recuerdan que las Malvinas fueron tomadas por las fuerzas argentinas sin causar ni una baja a la guarnición militar inglesa que la defendía y sin infligir el menor daño a la población civil. Para lograr tal efecto, se evitó todo tipo de bombardeo impiadoso e indiscriminado, y se buscó -como queda fielmente reflejado- la rendición sólo por la disuasión. El objetivo fue logrado a expensas de que la única sangre que corrió fue la criolla.
En cuanto al militar profesional, cualquiera sea su jerarquía -y más aún, cuanto mayor sea ésta-, las acciones dejan una experiencia que, si bien parece digna de “Don Perogrullo”, resulta invalorable: la guerra moderna, en el campo convencional, requiere de material moderno, debidamente mantenido, amunicionado y operado. Como resulta que la disponibilidad de medios presupuestarios será siempre muy limitada en los países occidentales no calificados como potencias, no debe importar la cantidad sino la calidad del equipamiento militar, ya sea en el material como en el personal. La Guerra de Malvinas fue la primera expresión, en las últimas tres décadas, de una contienda convencional muy desigual. No pudo el heroísmo de nuestros combatientes de tierra, mar y aire superar la tremenda brecha tecnológica que existió en el equipamiento y en la logística.
También el historiador encontrará en estas páginas una fuente fidedigna de estudio e investigación. Puede servirse de ella con la mayor confianza: sólo la humana y natural imprecisión con que solemos apreciar los hechos que suceden a nuestro alrededor puede agregar alguna incertidumbre a la absoluta veracidad de los hechos. La pulcritud del autor en la búsqueda de datos objetivos, concretos, ajustados en tiempo y lugar, ha sido magnífica.
Llegamos, por fin, al lector común. La incorporación, en la obra, de un joven, locuaz e imaginario oficial a bordo del submarino, quien narra los hechos en primera persona —artilugio al que el autor debió echar mano ante el decoro de los verdaderos personajes que pudieron tomar para sí dicho rol- podría convertirla en una novela histórica, pero no lo es. No, no lo es; en verdad, no lo es. Es, sí, una historia real. Los hombres son reales, sus nombres también lo son y quienes tuvimos el privilegio de conocerlos -a lo largo del servicio en submarinos- encontramos, detrás de cada nombre, a la persona cuyo recuerdo añoramos y respetamos.
Pero también existe otra visión, muy distinta, de esta historia. Los hombres de mar sentimos -en un oculto lugar del corazón al cual no puede llegar la habitual racionalidad que guía nuestros actos- que una parte de nuestro espíritu siempre queda impresa en el frío metal del buque que tripulamos. Así, entonces, el espíritu del Santa Fe -forjado en sus largos años de servicio- se mostró con una enorme claridad: anciano y exhausto, pero animado por la férrea vocación de su tripulación, logró llegar hasta el objetivo que le exigía su última misión. Con las fuerzas que le restaban, llegó y cumplió. No le dieron estas fuerzas para hacerlo con mayor rapidez, lo hizo como mejor pudo, pero fue la demora el motivo de sus profundas e irreversibles heridas.
Cuando el destino lo separó de sus hombres y quedó librado a su propio designio, se rebeló; no permitió que cambiaran su pabellón, tampoco permitió que otras manos extrañas lo llevaran para mostrarlo como indigno trofeo, se resistió cuanto pudo hasta llegar a la última opción que le quedaba: la paz del descanso eterno en el fondo de un mar al que había aprendido a amar. Ninguna historia de guerra tiene un final feliz y ésta no fue una excepción.
Sirvan estas breves líneas para rendir mi sentido homenaje al submarino ARA Santa Fe y a. los bravos marinos que lo tripularon.
Fernando María Azcueta
Capitán de navio (RE)
Armada República Argentina Comandante del submarino San Luis en Area de Operaciones Malvinas
CARTA AL AUTOR
Estimado Jorge:
He leído a tu pedido la “última versión” de tu trabajo de investigación de tantos años: Malvinas: La odisea del submarino Santa Fe.
He podido comprobar el rigor histórico que caracteriza la obra, que se nutre del testimonio directo de quienes fuimos orgullosos tripulantes del Santa Fe allá por 1982, debiendo en aquel entonces participar de los hechos que hoy, 25 años después, toman estado público, a través de tu narración. También do las numerosas recurrencias para aclarar distintos aspectos de las acciones, las consultas con otros miembros de la Armada Argentina, de la Royal Navy y de muchos otros que de un modo u otro resultaron esenciales para reconstruir la actuación de I» unidad y el contexto histórico en el que se desarrollaron los hechos.
Resulta interesante el recurso literario para redactarlo, por medio de la narración de un oficial imaginario, salvando así las dificultades que tuviste para lograrlo, entre ellas mi negativa a ser yo quien tuviera ese rol. Esto ha significado muchas revisiones y replanteos de la redacción, que te han insumido esfuerzos adicionales.
Recuerdo hace varios años cuando tuvimos nuestra primera conversación, y me comentaste tu intención, tenías una idea muy general de cómo llevarías a cabo tu trabajo, y me preguntaba cómo se llegaría a la meta. Hoy es una realidad próxima a su publicación, resultado de tu capacidad, voluntad y tenacidad, superando todos los obstáculos.
Debo reconocer que la lectura de tu trabajo me hizo revivir muchas de las experiencias de aquellos tiempos, recordar a entrañables camaradas y amigos, algunos de los cuales ya no están entre nosotros, y también, por qué no, sentir fuertes emociones. La rigurosa investigación y la descripción de las distintas situaciones vividas a bordo se ajustan en gran medida a lo que recuerdo de ellas, con las lógicas diferencias impuestas por tu sentido literario y ponderación de los hechos; ¡hasta me he enterado de hechos que no conocía!
Por último, mi agradecimiento en nombre de toda la tripulación por rescatar para el futuro nuestra modesta participación en el conflicto; tengo la seguridad que ellos comparten y valoran tu esfuerzo.
Resumo mi opinión con una frase muy tradicional en las costumbres navales, Bravo Zulu, que significa Bien Hecho.
Mi aprecio muy particular y deseos de éxito en otras singladuras literarias que emprendas.
Horacio A. Bicain
Capitán de fragata (RE)
Comandante del ARA Santa Fe en 1982
ACLARACION PRELIMINAR
Esta historia donde relato el bautismo de fuego del Arma Submarina sigue fielmente la actuación de quienes sirvieron a bordo del submarino ARA Santa Fe (S-21) durante el conflicto del Atlántico Sur. Este inédito relato fue minuciosamente reconstruido sobre la base de más de un centenar de entrevistas u los protagonistas directos de los hechos y a los documentos oficiales que obran en poder de la Armada Argentina. No obstante, ante la negativa del ex Comandante de acceder a mi invitación de realizar la narración que sigue en primera persona con el fin de testimoniar su valiosa experiencia de guerra, no tuve otra alternativa que apelar a un oficial imaginario a modo de “recurso literario” que me permitiera transmitir al lector esa vivencia única e irrepetible: la del combatiente. Este oficial “anónimo” es quien relata en primera persona todo cuanto ocurrió a bordo del S-21 durante aquellos dramáticos días.
Aclarado ello, todos los hechos mencionados ocurrieron en la vida real y los nombres de los oficiales, suboficiales y conscriptos citados corresponden a los verdaderos protagonistas de ruta historia. Las fechas y horas de los acontecimientos están muy cerca de las correctas y en algunos casos con precisión al minuto. Los textos de los mensajes navales citados son auténticos aunque en algún caso han sido abreviados para ajustarlos mejor al relato y evitar generar confusión en el lector completamente lego en temas navales. No menos auténticos son ciertos sorprendentes episodios narrados en este libro que son poco conocidos o que simplemente han permanecido silenciados durante mucho tiempo.
Los nombres de quienes me ayudaron a revivir en las páginas que siguen un cuadro de los hechos tan veraz como fue posible producirlo están mencionados al final del mismo. Personalmente me siento profundamente orgulloso de esta asociación con todos ellos que tanto ha contribuido a dar mayor exactitud a este manuscrito. Empero, ninguno de ellos tiene responsabilidad alguna en lo que se dice a continuación. Si se han deslizado involuntariamente en esta narración inexactitudes o interpretaciones erróneas, las mismas me pertenecen y de ninguna manera deben ser atribuidas a los hombres que tomaron parte en las operaciones aquí narradas, ni a la Marina de Guerra, a la Infantería de Marina o a la Fuerza de Submarinos.
Jorge Rafael Bóveda
Buenos Aires, junio de 2005
AGRADECIMIENTOS
A la cabeza de la extensa lista de personas que debo agradecer por la asistencia recibida durante la redacción de este libro, debo mencionar al Sr. capitán de fragata (RE) Horacio Bicain, ex Comandante del S-21 durante la Guerra de Malvinas, quien desde el principio, se prestó gentilmente a responder todas mis preguntas con un notable grado de objetividad para procurar reconstruir los hechos aquí descriptos de tal modo que reflejen fielmente lo ocurrido durante el conflicto del Atlántico Sur.
Hago extensivo mi agradecimiento al capitán de navio Juan .José Iglesias, antiguo Jefe de Navegación, sin cuyo invalorable aporte a lo largo de extensas entrevistas y almuerzos no habría sido posible reconstruir muchos episodios sobre los que no existen registros escritos, los cuales quedaron mayormente reflejados en el primer capítulo.
Al capitán de corbeta (RE) Juan Carlos Segura, antiguo Jefe de Máquinas e Inmersión del S-21, y al capitán de navio Daniel Martín, ex Jefe de Armamento, sin cuya valiosa ayuda no habrían perdido para siempre detalles esenciales de esta historia que hasta ahora habían sido pasados por alto.
Al vicealmirante (RE) Juan José Lombardo, ex Comandante del Teatro de Operaciones del Atlántico Sur, que me brindó el punto de vista de quien tenía a su cargo la enorme responsabilidad de conducir las operaciones de los componentes de tierra, mar y aire desde su puesto de comando en la Base Naval de Puerto Belgrano, tarea nada sencilla por cierto cuando se debe lidiar con la siempre presente rivalidad interfuerzas y se carece de una probada doctrina conjunta.
No menos importante fue la gran ayuda y estímulo que recibí de los vicealmirantes (RS) D. Carlos Luis Alfonso, veterano de la Campaña de Georgias, y D. Leónidas J. Llano en la etapa final de este trabajo, sin la cual no habría podido completarse.
Escribir un libro sobre un mundo tan especial como el de los submarinistas, sin ser uno de ellos, no fue, por cierto, una tarea sencilla. Si he logrado transmitir al lector la sensación de que este libro fue escrito por un auténtico submarinista ello se debe en gran parte a la invalorable asistencia que recibí de dos veteranos Comandantes de submarinos del tipo Guppy, que generosamente me permitieron capitalizar su experiencia a bordo de aquellos magníficos buques. Ellos son el contraalmirante (RS) Roberto L. Pertusio y el capitán de navio (RS) Ricardo H. Aumann. Ambos se desempeñan actualmente como profesores de la Escuela de Guerra Naval, en la que han formado centenares de jefes que se han visto beneficiados por sus inagotables conocimientos en Geopolítica y Estrategia Operacional (el primero) y Logística (el segundo). Sus enriquecedores comentarios y sugerencias permitieron que este libro alcanzara la dimensión profesional a la que yo aspiraba. Con ambos guardo una deuda de gratitud difícil de saldar.
A mi amigo el capitán de corbeta Marcelo C. Tarapow debo algo que resulta de gran importancia para todo autor: el firme apoyo del lector interesado y la crítica constructiva, unida al necesario aliento en los momentos difíciles.
Mi especial agradecimiento al capitán de corbeta Germán Michelis Roldán, hijo mayor del fallecido capitán de fragata Horacio Michelis, por su atenta lectura del manuscrito y el aporte de valiosas sugerencias y comentarios.
Al contraalmirante (RE) Reinaldo Corvalán por el generoso apoyo que me brindó cuando ocupaba la Subsecretaría de Relaciones Institucionales de la Armada.
Al capitán de navio (RE) Jorge R. Bergallo, del Instituto de Publicaciones Navales, agradezco los consejos y sugerencias que permitieron enriquecer el manuscrito y lograr la cuidada edición que hoy llega a los lectores.
Todo este esfuerzo no habría podido cristalizar en un libro sin el incondicional apoyo que recibí del señor Jefe del Estado Mayor General de la Armada, almirante D. Jorge Ornar Godoy, quien enterado de este proyecto y del eco favorable que el mismo había despertado en los antiguos miembros de la plana mayor y tripulación del Santa Fe no vaciló un instante en poner a mi disposición toda la documentación pertinente en poder de la Armada, posibilitando así generosamente que saliera a la luz en toda su crudeza la historia de este puñado de héroes relegados por la historia naval.
El contraalmirante (RE) Ricardo Alessandrini, él mismo un submarinista veterano de guerra, por delegación del señor Alte. Godoy, cumplió con esmerada diligencia la ardua tarea de reunir de cada una de las dependencias de la Armada toda la documentación oficial vinculada al Santa Fe y a la recuperación de las Georgias del Sur que sirvió de base indispensable para este libro.
Del lado británico debo agradecer muy especialmente al teniente coronel de los Royal Marines (Retirado) Guy Sheridan, ex Comandante de las Fuerzas de Tierra Británicas que lomaron parte en la recaptura de las Georgias, por su valiosa contribución para esclarecer algunos puntos oscuros de la campaña y por la autorización otorgada al suscripto para reproducir algunas de las fotos inéditas que ilustran este libro. Igualmente esencial fue la generosa ayuda que recibí del capitán de corbeta RN (Retirado) Tony Ellerbeck, quien me brindó información de primera mano sobre los sucesivos ataques misilísticos (el primero registrado en la Royal Navy) que realizara junto a su artillero David Wells contra el Santa Fe aquel fatídico 25 de abril con su diminuto helicóptero Wasp que operaba desde la cubierta de vuelo del indomable HMS Endurance, y a su contribución para localizar el paradero actual del pabellón de guerra del buque; a Mr. Jason Small, del Royal Mari time Auxiliary Service, funcionario que participó personalmente en el reflotamiento del S-21 y brindó generosamente su autorización para reproducir algunas fotos inéditas de aquella ardua empresa de salvamento.
Jorge Rafael Bóveda