151 págs.,
Fotografías b/n
Encuadernación Rústica
Ediciones Sieghels, 2009
14 x 20 cm.
Precio para Argentina: 100 pesos
Precio internacional: 15 euros
Desde el comienzo de la guerra en el Este un número bastante elevado de jóvenes franceses se alistaron en los ejércitos del III Reich.
De treinta mil a cuarenta mil hombres sólo en las fuerzas combatientes fuera del territorio francés, combatieron por la Victoria de Europa junto a sus camaradas de diversas nacionalidades en el frente.
Fueron invitados así a vivir una aventura política y guerrera que no había tenido equivalente en la historia
Aún en las peores condiciones de la guerra, y a pesar de los constantes reveses sufridos por los ejércitos del III Reich, una sorprendente cantidad de combatientes se unían a esta lucha
Jóvenes franceses, seducidos por el nacionalsocialismo y por su propaganda en favor de un «nuevo orden europeo», lamentaban mucho verse excluidos de esos combates donde se jugaba la suerte del mundo.
Ellos fueron el último bastión en la defensa de Berlín, a sólo metros de la Cancillería y con gran heroísmo, se aferraron estoicamente cada metro.
Los mejores elementos de la Waffen SS francesa defendieron la capital del Reich y el bunker del Führer, hasta el final, dando a sus muchachos una última ocasión para respetar la divisa de la Waffen SS:
Mi honor se llama fidelidad.
ÍNDICE
Acta de nacimiento oficial de una unidad francesa de la Waffen SS
Cerca de cuarenta mil franceses voluntarios en los ejércitos de Hitler
Orígenes de la “Waffen SS”
Doscientos mil no alemanes en la “Waffen SS”.
Resultados sorprendentes del reclutamiento francés.
Los milicianos: probar su bravura militar.
Más vale batirse en Rusia que en Saboya.
Todos pierden su graduación.
“¡Que Dios me ayude!”.
Los franceses, protagonistas entre treinta naciones.
“Ser, ante todo, un SS”.
La “SS Sturmbrigade” ante el ejército rojo.
Ochenta por ciento de pérdidas.
Fusión con la LVF.
Noviembre de 1944: la Milicia como refuerzo.
¡A los sones de “La Madelon”!.
Más de siete mil hombres.
La división “Carlomagno”.
A punto de estallar la tenaza rusa.
Uno contra diez.
Cincuenta tanques rusos destruidos.
A cuchilladas.
En lo hondo de los bosques.
Cruz de hierro de primera clase.
“¡El Diablo se está aún riendo!
¡Ja, ja, ja!”
“Murieron” por Dantzig.
Misión suicida en Berlín.
Fusilados por la 2.ª DB.
Con las SS escandinavas y las Juventudes hitlerianas.
Asalto a Neukölln.
Solos en la vanguardia de las líneas
Defensa del bunker de Hitler.
Eran el último bastión.
Tanques “T 34” y lanzallamas.
Desde la víspera,
Hitler estaba muerto.
Por los subterráneos del metro.
“El mundo entero puede maldecirnos”.
Notas
Cerca de cuarenta mil franceses voluntarios en los ejércitos de Hitler
LEn efecto, desde el comienzo de la guerra en el Este un número bastante elevado de jóvenes franceses se alistaron en los ejércitos del III Reich.
El temperamento individualista de los franceses y la minuciosidad organizadora de los alemanes los habían agrupado en unidades homogéneas o, por el contrario, dispersado en múltiples formaciones. Treinta años después, resulta muy difícil dar una cifra exacta de conjunto, que parece ser del orden de treinta mil a cuarenta mil hombres sólo en las fuerzas combatientes fuera del territorio francés, en el frente de la guerra regular.
Los primeros fueron, a partir del verano de 1941, los de la Wehrmacht, donde formaba el regimiento 638°, más conocido con el nombre de LVF, y que vio pasar a más de seis mil hombres. El gobierno de Vichy intentó luego una operación de recuperación de esta unidad, que llevó durante un tiempo el nombre de Legión tricolor (y de la que ciertos mandos se unieron a la Falange africana que luchaba, con el Afrika-Korps, en el frente tunecino).
Hubo franceses, algunos de ellos desertores de la LVF, que se enrolaron a título individual en diferentes divisiones de la Wehrmacht que iban hacia el frente y aceptaban tomarlos a su cargo, a menudo a título temporal, sobre todo en la GrossDeutschland.
Se estima en cerca de cinco mil el número de los franceses que sirvieron en los Schutz-Kommandos(3) de la Organización Todt, donde se encuadraban trabajadores reclutados de grado o por fuerza en toda Europa para construir el «muro del Atlántico». Otros habían preferido, en esa misma Organización Todt, la brigada Speer, que tenía tareas más militares que arquitectónicas.
La Kriegsmarine tentó a dos o tres mil franceses. Recibieron entrenamiento militar y adoctrinamiento político en… Alsacia y luego fueron repartidos en pequeños grupos, superando raramente la media docena de voluntarios, a bordo de torpederos, dragaminas e incluso, en el caso de algunos raros especialistas, de submarinos.
En cuanto a la Brandenburg, tropa operacional de los servicios de la Abwehr (cuyas tareas pueden emparejarse con las del batallón de choque del ejército francés), aumentó sus efectivos desde un batallón, a comienzos de la guerra, hasta una división. En ella se encontraban muchos elementos extranjeros entre los que, por supuesto, había franceses.
A medida que nuevas unidades del III Reich reclutaban voluntarios extranjeros, hubo franceses en todas partes: conductores, telefonistas, artilleros de baterías de costa o de baterías antiaéreas (entre estos últimos, se contó incluso cierto número de muchachas francesas puesto que, ya al final de la guerra, había mujeres sirviendo en la Flak(4) para tratar de contener los raids, cada vez más numerosos, contra las ciudades europeas).
Se encontraron enfermeras francesas en los hospitales militares alemanes y, justo al extremo de la Europa en guerra, se podían hallar algunos marineros franceses que habían abandonado sus chalanas para servir en remolcadores que navegaban por el Danubio…
En el mes de Julio de 1942, un año después de la creación de la LVF, un contingente de unos dos mil franceses se enroló en la Luftwaffe, donde fueron agrupados en el seno de una formación de la NSC(5). Algunos de ellos iban a desempeñar un papel determinante en la creación de una unidad francesa de la Waffen SS.
En efecto, la NSKK constituía, como la SS, una formación política alemana que con la guerra se convirtió en una unidad militar internacional.
Creada en 1931 por Adolf Hitler, esta tropa tenía asignado el papel, en los años que precedieron a la toma del poder por los nazis, de transportar a los militantes del partido y en especial a los hombres de las secciones de asalto. La NSKK —a la vez tren de equipos y unidad de choque cuando hacía falta— era, con la SA(6) y la SS, una de las formaciones para militares esenciales del movimiento nazi. La guerra iba a convertir en soldados a estos pretorianos. Pero seguían siendo soldados políticos, más ligados al partido que al ejército.
Hubo muchos jóvenes franceses que en lugar de enrolarse en la LVF, que vivía en el frente del Este el antagonismo entre el espíritu patriotero francés y el rígido militarismo prusiano, prefirieron la NSKK, ejército político y unidad internacional.
Partieron, para su entrenamiento, al campo de Schotten, cerca de Amberes. Y a continuación dos compañías francesas fueron enviadas a Rusia, tres a Italia y dos a Hungría.
En el mes de julio de 1943, una treintena de voluntarios que se encontraban entrenándose desertaron y fueron a presentarse a la oficina de reclutamiento de la Waffen SS de Amberes para enrolarse en ella.
Hacía ya unos meses que algunos franceses habían conseguido entrar en la Waffen SS, pero a título individual.
Así, los hubo en formaciones puramente alemanas, como el regimiento Der Führer o la división Totenkopf. Otros se unieron a unidades de reclutamiento nacional, como la brigada Wallonie.
Posteriormente, otros franceses entraron en el regimiento Kurt Eggers, unidad de los corresponsales de guerra de la Waffen SS. Uno de esos periodistas morirá en el frente de Normandía; otro recibirá la cruz de hierro de primera clase, por haber tomado espontáneamente la cabeza de una formación antitanques y destruido varios blindados soviéticos; se encontraba efectuando un reportaje en el sector del Báltico cuando sobrevino el ataque ruso y reaccionó más como artillero que como escritor…