158 páginas
21 x 14 cm.
Ediciones Sieghels, 2014
Encuadernación rústica
Precio para Argentina: 210 pesos
Precio internacional: 16 euros
“MEIN KAMPF” es la obra que mayormente ha conmovido al mundo en lo que va de siglo. De ella se han impreso millones de ejemplares y se ha vertido a todos los idiomas de los pueblos civilizados. Su autor, conductor y jefe de la gran Alemania es una de las más grandes personalidades de todos los tiempos.
Es interesante conocer la exposición que de tal libro hace BENOIST-MECHIN, profundo conocedor de la obra del III Reich y autor de obras tan fundamentales como la Historia de Alemania y de su Ejército.
El Autor francés que publicó la obra en plena euforia populista – ha entresacado los pasajes más interesantes y actuales del Mein Kampf y les ha dado una sistematización que los hace más asequibles al lector, sin quitarles nada de su auténtico significado.
ÍNDICE
Introducción 11
PRIMERA PARTE:
La Vida 17
4 años de juventud y aprendizaje 17
La turbulenta juventud de un futuro caudillo 19
Yo sé pintar 20
Primer credo político 21
Su marcha a Viena 22
Primeros golpes de la adversidad 22
Serás arquitecto 23
La escuela de la miseria 24
La descomposición del individuo 26
La descomposición del Imperio Austro-Húngaro 27
La hidra de tres cabezas 28
Primera visita de Hitler al parlamento austríaco 29
Ni el parlamento ni los Hamburgo pudieron detener o evitar la degradación de Austria 30
El socialismo, doctrina de corrupción e hipocresía 32
La violencia, argumento supremo de los marxistas 33
El terror sólo puede vencerse con otro terror superior 34
Conversión al antisemitismo 35
Las etapas de la conquista judía 37
¡Yo defiendo la obra del Señor! 38
El antisemitismo, base del misticismo hitleriano 40
La guerra y el hundimiento 40
Crítica de la política alemana de anteguerra 41
El principal problema: acrecentar la población 42
Primer camino: el maltusismo 43
Segundo camino: la colonización interior 44
Los imperios coloniales son frágiles edificios 45
La conquista de nuevos territorios. Único camino conveniente para Alemania 46
Inglaterra o Rusia 47
La declaración de guerra 48
La experiencia combativa del voluntario 49
La propaganda ¿es un medio o un fin? 50
¿A quién debe dirigirse la propaganda? 51
Los errores fundamentales de la propaganda alemana 53
Hitler cegado por los gases 55
¡Yo construiré sobre las ruinas del Reich! 56
Los principios del Movimiento Nacionalsocialista 57
Primer encuentro con el Partido Obrero Alemán 58
El excombatiente Hitler, adherido Nº 7 59
Primer discurso público de Hitler 61
Un temperamento volcánico 63
La primera reunión de masas 64
Proclamación del programa nazi 65
¡Forjaré la espada que libertará al Sigfrido Germánico! 65
Hitler, jefe del Partido 66
Un solo individuo forja la historia 67
División del Partido entre miembros y adheridos 69
Los dos pilares de un partido combativo 69
La soledad es fuerza 70
Un partido revolucionario debe poseer órganos propios
de protección y de combate 71
El primer derramamiento de Sangre 72
Organización de los Camisas Pardas 73
Primeros disturbios públicos 74
La expedición a Coburgo 75
1923, “El año inhumano” 77
El 9 de Noviembre de 1923 79
Un golpe de estado en una cervecería 80
Proclamación de un gobierno nacional 81
El error de Ludendorff 82
Hitler cogido en trampa 83
La marcha hacia la Feldherrnalle 84
La trágica descarga 85
Fuga y arresto de Hitler 85
Hitler, condenado a cinco años de prisión: nacimiento del “Mein Kampf” 87
Los dos aspectos del “Mein Kampf” 87
SEGUNDA PARTE:
La tarea a realizar 89
La doctrina racista 89
La misión del movimiento Nacionalsocialista 91
Los medios y los fines 92
La comunidad de sangre, base de la Nación 94
La raza existió antes que el Estado 94
El Estado, instrumento de conservación de la raza 95
Un puñado de arios bastaría para encender de nuevo la antorcha de la Civilización 96
Los tres tipos de Estado 97
El Estado, instrumento de purificación de la raza 98
La raza alemana no es ahora una raza pura, pero lo será 99
La creación de una raza superior. Aspiración suprema del Estado 100
La creación de una civilización más elevada, aspiración
suprema de la raza 101
La Misión del Pueblo alemán 102
Dios no ha querido que la tierra se vea despoblada 103
Órganos de combate y principios de acción 104
Ningún ideal puede realizar sin órganos de combate 104
El mejor ciudadano. El mejor gobierno 105
La nacionalización de las masas 107
La psicología de las masas 108
La unidad de sangre, base de la unidad espiritual de la Nación 109
Carácter unilateral de la propaganda 110
La organización del partido es un mal inevitable 112
La fuerza de un partido reside en su dinamismo más que en su masa 113
Los miembros del partido no deben temer el odio de sus adversarios 114
El culto de los Héroes 115
La cuádruple revolución 116
Misión educadora del Nacionalsocialismo 116
La nefasta intervención de los intelectuales 118
La creación de una nueva aristocracia 119
Es preciso aniquilar a los sindicatos marxistas 120
El sindicato nacionalsocialista, instrumento de concordia
social 121
Es preciso destruir los trusts y los sindicatos patronales 122
Las ideas económicas de Gottfried Feder 123
La cuádruple revolución Nacionalsocialista 124
El nuevo Ejército, escudo del Sigfrido germánico 125
Alemania frente al mundo 126
El interés de la Nación, único criterio de la política exterior 126
¿Qué haría Bismarck actualmente? 127
Inconsistencia de la política de Guillermo II de la República de Weimar 128
Necesidad de una nueva política extranjera 129
¿Podrá revisarse pacíficamente el tratado de Versalles? 130
Bases de la política exterior Nacionalsocialista 130
Hitler e Italia 131
Elogio de Mussolini 131
Los judíos se esfuerzan para impedir un acuerdo germano-italiano 132
Alemania e Inglaterra 134
Inglaterra bajo el dominio judío 136
Solidez del Imperio Británico 137
Ventajas y objetivos del bloque anglo-italo-germano 138
Hitler y Francia 140
¿Por qué Francia es una amenaza para Alemania? 140
Puntos de contacto de la política francesa y de los intereses judíos 141
Francia, introductora de razas inferiores en Europa 143
Francia, obstáculo de la expansión germánica en el este 143
El porvenir del Reich 145
El Oriente, tierra codiciada por los fundadores de Imperios 145
Un pueblo sin espacio 146
Nuevas tierras o esclavitud 147
La espada nos dará territorios 150
Imposibilidad de una alianza germano-rusa 152
La descomposición soviética 154
El testamento político de la Nación alemana 155
Conclusión 157
INTRODUCCIÓN
1919. – Un hombre de treinta años de aspecto modesto, cubierto con un impermeable y acompañado de un espléndido perro, lobo, sube por el Obersalzberg, en los Alpes bávaros, y pide alojamiento en el albergue de Berchtesgaden.
– Desearía un rincón tranquilo -solicita – donde pueda trabajar sin ser importunado.
Luego, pidiendo tinta y papel, se encierra en la habitación que le ha sido destinada. Durante días enteros permanece en ella, haciéndose subir la comida, siempre muy frugal; sólo al amanecer podía vérsele pasear por el monte acompañado de su fiel perro.
Los insólitos paseos del desconocido acabaron por intrigar a los demás habitantes del hotel. ¿Quién será ese hombre taciturno y reservado que parece no escuchar a quien le habla? ¿Sería acaso algún terrorista que planeaba un nuevo atentado? Muchos revolucionarios acababan de abandonar Munich, a raíz del hundimiento de los Soviets bávaros, ocultándose en insospechados lugares al huir de la policía. ¿No sería prudente prevenir a las autoridades? El propietario del albergue tranquiliza a sus huéspedes. Conoce bien a su cliente. Es un cabo, desmovilizado del 16 Regimiento de Infantería de Reserva bávara. Aunque combatió junto a las unidades alemanas, durante la guerra, es de nacionalidad austríaca. Se hacía llamar doctor Weber, pero su verdadero nombre era Adolfo Hitler. Más se parecía a un soñador, a un visionario, que a un hombre, de acción. Su importante trabajo era un simple libelo político, en el que exponía sus opiniones acerca del porvenir del Reich. En resumen: nada sensacional, ya que en aquella época aparecían diariamente docenas de libelos de esta clase.
Durante este, tiempo, Adolfo, Hitler, encerrado en su habitación, llena hojas y más hojas con su letra rápida y breve Sus cuartillas son los primeros esbozos del Mein Kampf.
La creciente gravedad de los acontecimientos exige su inmediata presencia en Munich. Interrumpe su manuscrito y regresa a la capital bávara para adherirse al Partido Obrero Alemán. Ocupa todo su tiempo en la organización del Partido y en las reuniones públicas.
Pronto se convierte Hitler en jefe del movimiento nacionalsocialista y empieza a desempeñar un papel de primer orden en la política interior bávara. Entretanto, el manuscrito duerme en una carpeta; su autor, obligado a actuar incesantemente en el torbellino político, no puede proseguir, de momento, su obra. Sólo después de fallar el golpe de Estado del 9 de noviembre de 1923 puede Hitler, al ser detenido por la policía bávara, juzgado por los tribunales y encarcelado en la fortaleza de Landsberg-sur-la-Lech, continuar la redacción de su interrumpida obra.
Durante más de quince meses trabaja sin descanso en la miserable celda, ayudado por un joven militante del Partido llamado Rudolf Hess, que le sirve de secretario. La señora Bechstein, emparentada con el célebre constructor de pianos, les visita diariamente. Bajo los pliegues de su vestido esconde, cada vez, algunas hojas del misterioso manuscrito, para entregárselas a la imprenta del Partido. El primer volumen aparece en 1925. El segundo le sigue con dos años de intervalo.
Al principio pasa la obra casi desapercibida. Sólo un pequeño núcleo, de iniciados habla de ella con entusiasmo. “¡Será el evangelio de la nueva Alemania!”, proclaman, con profunda convicción. “¡El libro profético del que nacerá un nuevo Reich!” Otros añaden, con aire amenazador: “¡Esta obra contiene toneladas de dinamita. Con ella haremos saltar la República de Weimar!”
Poco a poco el libro llama la atención de los críticos y desencadena un movimiento de cólera y de reprobación. Toda la prensa se produce con un tono de condena general. “¡El autor es un loco, un megalómano, un histérico!” se grita por todas partes.” Este libro es un monumento de estupidez y salvajismo! Sus ideas -si es que pueden calificarse así los vaticinios confusos, que contienen estas páginas – demuestran un espíritu primitivo, inculto y desequilibrado. ¡Dios quiera que Alemania no haya de verse nunca gobernada por ese hombre! ¡Merece ser recluido en un manicomio!
.Sin embargo, otras apreciaciones se mezclan en este torrente de indignación. Desde Bayreuth, el célebre escritor inglés Houston Stewart Chamberlain, escribe a Hitler :
“Existe una violencia que comienza y acaba en el caos; pero también hay una violencia que crea nuevos universos. Estoy convencido de que la Historia os cederá un puesto entre los constructores. Alemania os ha hecho surgir en el momento de su desastre. ¿Qué otra prueba se necesita de su vitalidad? Diríase que vuestros ojos están dotados de manos: empujan a los hombres y nunca les abandonan…”.
Primero lentamente, luego con más rapidez, el libro de Hitler se difunde como una mancha de aceite y tiene una aceptación sorprendente. En 1933, cuando el Nacionalsocialismo alcanza el Poder, se habían vendido ya más de 800.000 ejemplares. En 1934, 1.500.000 Actualmente, las ediciones sobrepasan los 4 millones y continúan aumentando de día en día. Este libro, que contiene, según dicen, “algunas de las páginas más encendidas que jamás se han escrito”, es el éxito de librería más formidable, que el mundo, ha conocido.
En breves años el Mein Kampf se ha convertido en la Biblia del III Reich, en el Corán de un imperio de más de 80 millones de habitantes. Los chiquillos lo aprenden en los colegios; los recién casados lo reciben de manos de las autoridades y lo conservan entre sus documentos familiares. Su fama rebasa pronto las fronteras del Reich. Cuando el canciller Schuschnigg llega a Salzburgo para anunciar al pueblo austríaco que el Anschluss no se llevaría a cabo, un campesino, destacándose entre la multitud, exclama: “¿Por qué perdéis el tiempo contándonos eso, si ya está escrito en el Mein Kampf que, Austria y Alemania deben formar un solo Estado?”
Después de atravesar las fronteras alemanas, el Mein Kampf se extiende por todo el continente. Se han traducido varios pasajes al árabe, para entregarlo a los dirigentes musulmanes; al japonés, para que lo lean los oficiales del Mikado; al inglés, al italiano, al polaco, al húngaro. Los mineros alemanes de África del Sur proyectan imprimir un ejemplar sobre placas de oro, para ofrecérselo a Hitler. En los pueblos más lejanos de ambas Américas en el Middle-West, en la Pampa, en los altos valles de los Andes, los alemanes se reúnen para leerlo en comunidad.
Los derechos de autor permiten al Führer subvenir a todas sus necesidades. Siendo jefe de un gran Estado moderno ha renunciado a su tratamiento de ministro y de canciller: Hitler no recibe ni un marco del Estado alemán y vive exclusivamente, de las ganancias que le produce, su libro: 18 millones de francos en 1936; 24 millones en 1937, 30 millones en 1938, si debemos dar crédito a ciertos comentarios de la prensa británica. Con esos derechos de autor, Hitler hizo construir, en el Obersalzberg, en el mismo lugar en que comenzó a escribir sus primeras cuartillas, su confortable vivienda donde tantos ministros extranjeros le han ido a visitar, y que ha servido de escenario a las entrevistas más dramáticas de esta época.
¿Por qué este libro ha tenido un éxito tal? ¿Solamente por su contenido? Es posible que no, y es Hitler el primero en reconocerlo:
“Convénzanse de una vez los hombres de letras: La pluma, no ha engendrado, nunca, las grandes revoluciones. Su papel se reduce a ofrecerles una justificación teórica. La energía, que desencadena las grandes avalanchas políticas y religiosas es desde la eternidad el mágico poder del Verbo.”
Y más adelante añade:
“Sólo una violenta tempestad pasional puede modificar el destino de los pueblos; pero sólo pueden despertar esta pasión los que la llevan dentro. Solamente ella puede inspirar al elegido las palabras que, como golpes de hacha, derriban las puertas que conducen al corazón del pueblo. Quien no sienta la pasión capaz de inspirar palabras convincentes, no ha sido escogido por el cielo para proclamar su voluntad. “
Convencido de que su texto escrito tiene limitados alcances, Hitler no se contenta con escribir el Mein Kampf. Apoya constantemente sus teorías en la acción personal, desarrollando y amplificando sus temas en miles de discursos. Monta a su alrededor, a fin de propagar dichos principios, el magnífico aparato del Partido, con sus miles, sus centenares de miles y, por fin, sus millones de adheridos, sus formaciones de combate y sus órganos de propaganda. Los estandartes con la cruz gamada de las milicias negras, y pardas han arrastrado consigo este libro en su marcha ascendente hacia el Poder.
Este libro interesantísimo nos ha hecho comprender a fondo al moderno Estado alemán Desgraciadamente, no ha podido llegar a nuestras manos una traducción íntegra del texto (1). Varias ediciones clandestinas han sido suprimidas y castigadas. Otras, confusas y tendenciosas, no son convenientes ni iluminan el espíritu.
(1). El autor se refiere naturalmente a Francia.