302 páginas
20 x 13 cm.
Ediciones Nueva República
Colección «Europa Rebelde» / 17
Barcelona, 2010
Cubierta a todo color, con solapas y plastificada brillo
Págs. interiores con fotografías
Precio para Argentina: 125 pesos
Precio internacional: 21 euros
Locchi, nacido romano en 1923 en una Italia en que precisamente se comenzaba a producir la tentativa de institucionalización política de la «tendencia epocal» que él mismo estudiará a lo largo de su vida y a la que llamará, siguiendo la estela de Nietzsche, «sobrehumanismo», fue en su propia existencia, y no sólo en las evocaciones de sus textos, un europeo. Desarrolló su vida profesional en París, como corresponsal del periódico Il Tempo y bebió en alemán de las fuentes filosóficas y musicales de la Kultur germánica que configurará ampliamente el sentimiento del mundo presente en todos sus ensayos y también en su obra Wagner, Nietzsche e il mito sovrumanista. Y quizás, por todo ello también, en virtud de su experiencia directa y su sentido europeo de pertenencia, escribió en colaboración con Alain de Benoist una obra elegantemente polémica sobre Il male americano que Europa padecía y padece por su propia abulia y despersonalización histórica […]
La muerte del autor romano en 1992 no supuso, más allá de algún breve artículo in memoriam, un incremento repentino de la atención dedicada a su obra y hubo que esperar hasta principios del siglo XXI para que gradualmente su nombre empezara a sonar con más fuerza, sus textos circulasen por Internet […] En esa obra se recoge la práctica totalidad de aportaciones escritas por Locchi para la revista francesa Nouvelle Ecole durante la década de los 70 así como otros textos que hasta entonces habían estado dispersos y no habían sido presentados orgánicamente en un solo volumen. Los textos de Locchi que configuran ese libro (con la inclusión adicional por nuestra parte de un artículo recientemente recuperado) son ofrecidos aquí en versión española…
[de la introducción de Javier Estrada]
ÍNDICE
Introducción de Javier Estrada ……………………………………… 9
Nota a la presente edición y agradecimientos ……………………. 21
Mito y comunidad ……………………………………………………….. 23
Nación e Imperio ………………………………………………………… 33
El sentido de la Historia ………………………………………………… 47
Sobre el futuro de las ciencias humanas …………………………… 65
El mito cosmogónico de los indoeuropeos ……………………….. 81
Nietzsche y sus “recuperadores” …………………………………….. 99
Spengler y la “civilización de las máquinas” ………………………..113
Lévi-Strauss y la antropología estructural ………………………..125
La Konservative Revolution en Alemania 1918-1932 ………………………159
Dumézil y los Indoeuropeos …………………………………………..177
El Anillo del Nibelungo.
Introducción a la Tetralogía de Wagner ……………………………..191
La esencia del fascismo ………………………………………………..243
Europa: no es herencia sino misión futura ………………………..269
La esencia del fascismo como fenómeno europeo.
Conferencia-Homenaje a Adriano Romualdi ……………………273
Martin Heidegger y la Revolución Conservadora ………………289
INTRODUCCIÓN DE JAVIER ESTRADA
Locchi o la «Intempestividad» como medida
La tarea que asume un autor al elaborar su obra verdaderamente más allá de los gustos predominantes y de las opiniones habituales, no suele ofrecer recompensas en el presente ni garantiza mejores resultados futuros. Esa ausencia de garantías es en realidad el riesgo que acepta quien, según el modelo propuesto por Nietzsche, sigue el proceder intempestivo, es decir, «proceder en un sentido contrario al espíritu contemporáneo y, con ello, surtir un efecto sobre él y los tiempos futuros»1. No obstante, ese riesgo tiene como contrapartida el hecho de que en la «voluntad de duración» del autor, por los temas que trata y por el enfoque que adopta, reside la potencialidad de que tarde o temprano algunos se sientan interpelados por aquella otra perspectiva y surjan lectores pacientes dispuestos a evaluar una obra que, una vez superada la pomposa urgencia de las modas-que-han-de-pasar-de-moda, se revelará singularmente elocuente.
El planteamiento que se aprecia en la creación del «intempestivo» subraya que su hora nunca puede pasar del todo, por más esfuerzos que se hagan por relegarlo, pues basta la determinación de pocos que lean con otra mirada para que esa obra vuelva a hablar. E, igualmente, tampoco su hora puede llegar nunca completamente, incluso cuando él haya contribuido a la forja de otro porvenir, pues el nivel de exigencia que su reflexión sugiere sigue siendo la medida con la que se comprueba la altura de los ideales y la mediocridad de ciertas realidades. Esa «intempestividad» es característica de Giorgio Locchi y de los ensayos que este volumen recoge. Adriano Scianca, en una breve entrevista que hizo a Stefano Vaj con motivo de la aparición en Italia de esta antología locchiana, sintetizaba en su presentación la situación de la siguiente manera: «Hay pensadores que de la caída en el olvido salen revigor izados, regenerados, casi como si el olvido les hubiese protegido de las modas culturales para conservarlos en su impenitente inactualidad. Uno de estos es, sin duda, Giorgio Locchi, corazón y cabeza pensante de la primera Nouvelle Droite, intelectual de desmedida profundidad, aunque sustancialmente olvidado durante años excepto en el recuerdo de unos pocos amigos y “discípulos”»(2). Por tanto, la naturaleza misma de la obra de Locchi explica hasta cierto punto la desatención a la que ha estado sometida durante años y, a su vez, permite entender su reaparición incluso cuando buena parte de los textos aquí presentados fueron redactados hace más de treinta años. En cualquier caso, incluso desde un perspectiva meramente documental, sí resultaba más bien extraña la ausencia de una figura que, por su importancia e influencia en distintas personalidades del anticonformismo europeo, era y sigue siendo fundamental para observar el recorrido de algunas ideas en las últimas décadas, y, por tanto, las variaciones y desviaciones, abandonos y superaciones que se han registrado con respecto a ese patrimonio intelectual en el que algunos se formaron inicialmente.
Experiencia e influencia de un «buen europeo»
Locchi, nacido romano en 1923 en una Italia en que precisamente se comenzaba a producir la tentativa de institucionalización política de la «tendencia epocal» que él mismo estudiará a lo largo de su vida y a la que llamará, siguiendo la estela de Nietzsche, «sobrehumanismo» (3), fue en su propia existencia, y no sólo en las evocaciones de sus textos, un europeo. Desarrolló su vida profesional en París, como corresponsal del periódico // Tempo y bebió en alemán de las fuentes filosóficas y musicales de la Kultur germánica que configurará ampliamente el sentimiento del mundo presente en todos sus ensayos y también en su obra Wagner, Nietzsche e il mito sovrumanista. Y quizás, por todo ello también, en virtud de su experiencia directa y su sentido europeo de pertenencia, escribió en colaboración con Alain de Benoist una obra elegantemente polémica sobre Il male americano que Europa padecía y padece por su propia abulia y despersonalización histórica (4).
La muerte del autor romano en 1992 no supuso, más allá de algún breve artículo in memoriam, un incremento repentino de la atención dedicada a su obra y hubo que esperar hasta principios del siglo XXI para que gradualmente su nombre empezara a sonar con más fuerza, sus textos circulasen por Internet y surgiese ya en el año 2006 la publicación del libro-antología Definizioni por parte de la editorial milanesa Società Editrice Barbarossa. En esa obra se recoge la práctica totalidad de aportaciones escritas por Locchi para la revista francesa Nouvelle Ecole durante la década de los 70 así como otros textos que hasta entonces habían estado dispersos y no habían sido presentados orgánicamente en un solo volumen. Los textos de Locchi que configuran ese libro (con la inclusión adicional por nuestra parte de un artículo recientemente recuperado) son ofrecidos aquí en versión española con la misma intención de reunir en este formato un conjunto de ensayos que en buena parte de los casos habían permanecido inéditos en nuestra lengua, o se encontraban en publicaciones independientes y, en cualquier caso, nunca habían aparecido conjuntamente.
Los documentos que constituyen este libro son claves de acceso imprescindibles a los distintos temas que han marcado el magisterio locchiano en el seno de la que, posteriormente y por obra de sucesivas campañas mediáticas, fue denominada Nueva Derecha francesa. De hecho, las inquietudes intelectuales y las constantes temáticas de tal ambiente en su fase inicial estarán ampliamente ligadas a las «pistas» indicadas por Locchi. Este, por su parte, no tendrá entre sus objetivos sustentar o acompañar a ninguna «derecha» y sí, más bien, reasumir la ruptura novedosa que el «principio sobrehumanista» había supuesto en la historia. La transmisión del pensamiento de Locchi se produjo no sólo de forma escrita con los pocos pero muy condensados textos que dejó a sus lectores sino también oralmente con encuentros en su casa de Saint-Cloud en los que ocasionalmente exponía sus reflexiones. Tal vez sólo es posible comprender su significación a nivel europeo si se piensa que, independientemente de las derivas sucesivas y personales, toda una generación de anticonformistas, intelectuales originales y autores combativos deben a las posiciones promovidas por Locchi en su momento una parte notable de las intuiciones que alimentan o alimentaron sus motivaciones político-culturales. Hasta tal punto esto es cierto que el nombre de Locchi resulta seguramente indisociable de fa permanencia de ciertas ideas e interpretaciones en diversos puntos de Francia, Bélgica, Italia, Alemania, Portugal y España (también algunos autores hispanoamericanos han incorporado considerablemente la reflexión locchiana a su bagaje) (5).
Difusión (minoritaria) y recepción (efectiva) en español
Particularmente, la difusión de Locchi en nuestra lengua y, en menor medida pero también, la recepción de su pensamiento hasta la fecha, pueden ser reconstruidas por el lector de este libro leyendo las presentaciones elaboradas para cada uno de los textos de esta edición. La relativamente lejana fecha de 1984 señala la primera aparición de Locchi en español con La Esencia del Fascismo, texto extremadamente incisivo, traducido y presentado por Carlos Caballero y editado como cuadernillo por Ediciones Wotan. Durante años y hasta tiempos recientes, ese documento ha servido con frecuencia como puerta de acceso al autor romano y acicate para posteriores búsquedas, realizadas necesariamente también en las lenguas en que originalmente confeccionó sus textos (francés e italiano fundamentalmente). De hecho, los efectos generados por ese escrito son objetivamente apreciables en el respeto e interés que Locchi ha suscitado como autor en ambientes dispares -a veces contrapuestos y otras incluso difícilmente conciliables -encontrándose lecturas, análisis y unas pocas traducciones posteriores de documentos locchianos en un arco minoritario pero amplio de lectores. La extensión del interés por Locchi abarca desde ambientes próximos o representativos de la Nouvelle Droite española (y derivados) hasta grupos o personalidades promotores de una izquierda nacional (con toda una gama intermedia de lectores entre ambos polos, e incluso con algunos elementos periféricos más a los márgenes de ese arco). Y esto, a pesar de que el propio Locchi rompería precisamente con la Nouvelle Droite francesa en el momento mismo en que creyó detectar concesiones filosóficas y conceptuales a la lógica del «demoliberalismo» con sus inherentes dicotomías trucadas («derecha-izquierda», «progreso-reacción», «totalitarismo-democracia»), y a pesar también de que, por ejemplo, las corrientes más a la «izquierda» de la Revolución Conservadora europea aparecen en su obra mencionadas de forma más bien alusiva y a título de inventario. Sin embargo, la fuerza expresiva y el vigor interpretativo de sus aportaciones han contribuido a salvaguardar, discreta pero significativamente, la extensa valoración positiva de Locchi en ambientes tan diversos como los indicados.
La marca de un estilo propio
El estilo que caracteriza la producción locchiana ha ejercido de modo invariable una atracción que, en principio, puede no ser inmediatamente observable desde fuera, pero que, como recuerda Francesco Boco6, nos sitúa ante «una escritura estratificada preñada de significados ocultos» en la que «las palabras son empleadas y las frases construidas con una particular precisión». Nietzcheanamente, sabemos que «en toda buena frase se esconde arte, -¡arte que quiere ser adivinado en la medida en que la frase quiere ser entendida!»7. Y, al respecto, el propio crítico musical Paolo Isotta, en su ensayo introductorio a Wagner, Nietzsche e il mito sovrumanista, apuntaba que los argumentos tratados por Locchi en esa obra -y, añadimos, en su obra filosófica en general -son «tan arduos como atrevidos» y en ellos «la originalidad filosófica está acompañada por una exposición tan concisa que resulta casi impenetrable para el lector apresurado: lo cual es, en parte, una característica del estilo del autor, en parte, una consecuencia inevitable de la temática y, en parte, un elemento propio del lenguaje filosófico». Pero Isotta añade: «quien se detenga ante esta dificultad, cometería un error. Y un error semejante cometería quien pensase que se puede poner a leer a la ligera». Así, pese al esfuerzo que comporta, «quien al final ofrezca al autor los dones de concentración, atención y meditación que tan inflexiblemente le son exigidos como un peaje, a su vez, recibirá mucho» (8).
Esas palabras, de hecho, son íntegramente aplicables no sólo al ya citado libro, sino también a esta antología de ensayos porque en ella se encuentran en buena medida las mismas prioridades filosóficas, aunque desarrolladas de modo más sintético en unos casos (como la fundación wagneriana del mito sobrehumanista) y con más detenimiento en otros (como la indagación sobre la «revolucionaria profundidad arcaica» de los indoeuropeos o la cuestión de la antropología filosófica). Por tanto, este volumen puede ser considerado simultáneamente una completa y pormenorizada introducción a las inquietudes filosóficas y políticoculturales de Locchi y, también, un complemento a una hipotética lectura previa de las obras que fueron publicadas como libro en vida del autor.
El «mito sobrehumanista»
El lector tendrá ocasión de comprobar en diversas páginas del libro el sentimiento wagneriano de Locchi, su pasión por la música y por la visión de la historia que el compositor germano inaugura y, del mismo modo, podrá corroborar, en perfecta compatibilidad con lo anterior, la sagacidad de inspiración nietzscheana que recorre todos sus textos. En cualquier caso, el propio Locchi afirmó siempre no sólo el carácter unitario y tendente a un mismo objetivo de «regeneración histórica» que ambas figuras perseguían, sino también -y, en ese sentido, el orden de los nombres en el título de la obra ya citada no es casual -la «preeminencia fundacional» de Wagner en el nacimiento del «mito sobrehumanista». Y, en línea con las anteriores conclusiones, Locchi, en otras incursiones más acentuadamente políticas, trazará el parentesco genético y la filiación político-cultural que, en virtud de su aproximación al «fenómeno fascista», él identifica entre las revoluciones nacional-populares de la primera mitad del siglo XX y el «mito sobrehumanista» propiamente dicho. En palabras de Locchi: «El ensayo sobre “Wagner, Nietzsche y el mito sobrehumanista”, no extiende su estudio a todas las manifestaciones de la tendencia sobrehumanista hasta nuestros días sino que lo limita a los orígenes de la tendencia en cuestión, es decir, a la representación originaria que dio Richard Wagner del “mito sobrehumanista” y luego también, pero esquemáticamente, a la primera formulación de este mito en la obra de Friedrich Nietzsche. A la luz del concepto de “tendencia” aparecerá claramente el íntimo parentesco tendencial de la obra de Wagner y de la de Nietzsche, que constituyen, por así decirlo, los dos polos en virtud de los cuales la tendencia sobrehumanista ha creado en nuestra época su “campo mítico”» (9). Y en ese «campo mítico», podemos añadir, posteriormente brotarán determinadas manifestaciones políticas.
Por tanto, Locchi es uno de los wagnerianos más nietzscheanos y uno de los nietzscheanos más wagnerianos; dentro de ambos «grupos» es también probablemente quien, en mayor medida, ha interpretado sin complejos, ni aspavientos, ni cesiones el «destino político» que tal «comunidad artístico-filosófica» introduce en la historia.
La invocación nietzscheana de «nuevos filósofos» y la radicalidad locchiana
En uno de los pasajes más sulfúreos y de peor «digestión» para los cultores de un Nietzsche presuntamente apolítico, simpáticamente poético y definitivamente «debilitado», el solitario de Sils-María declaraba con contundencia su disgusto e invocaba el advenimiento de «nuevos filósofos» y la tarea que les correspondería:
«Nosotros los que somos de otra fe, nosotros los que consideramos el movimiento democrático no meramente como una forma de decadencia de la organización política, sino como forma de decadencia, esto es, de empequeñecimiento, del hombre, como su mediocrización y como su rebajamiento de valor, ¿adonde tendremos que acudir nosotros con nuestras esperanzas? -A nuevos filósofos, no queda otra elección; a espíritus suficientemente fuertes y originarios como para empujar hacia valoraciones contrapuestas y para transvalorar, para invertir «valores eternos»; a precursores, a hombres del futuro, que aten en el presente la coacción y el nudo, que coaccionen a la voluntad de milenios a seguir nuevas vías» (10).
Difícil no pensar en Locchi. Ciertamente, más allá de la polémica antidemocrática, el combate librado con los «milenios», la «lucha divinal» (Gotteskampf), la morfología de la historia y la filosofía del devenir que Locchi diseña, provocan el vértigo inevitable que todo cuestionamiento en profundidad suscita. La radicalidad de las conclusiones de Locchi y la dimensión política de las mismas garantizan por tanto la exclusión actual de su obra de cualesquiera ámbitos en que la filosofía se desarrolle como enunciación de tópicos con aires grandilocuentes o como conversación pedante para conformistas bien integrados pues, en última instancia, es posible aplicar al propio Locchi las palabras que él mismo empleaba con respecto a la «inquietud» suscitada por la «perspectiva wagneriana»: «casi siempre prevalece la tentación de ignorar la “perspectiva wagneriana (y locchiana)”, ya que esta abre una visión que molesta y convulsiona demasiados y demasiado cómodos hábitos mentales, hasta tal punto que puede ser sentida como una ofensa y como un insulto»”. Y, a pesar de todo, en tiempos de posmodernidad en los que aparentemente la actividad filosófica tendría que estar en condiciones de impulsar el cuestionamiento con mayor audacia y socavar las endebles certezas cristalizadas por la inercia, un pensamiento como el de Locchi, por todo lo referido, constituye, más que ningún otro, la prueba con la que calibrar en qué medida ciertas declaraciones son sólo gesticulaciones en el seno de un mundo idéntico a sí mismo o si, por el contrario, es de algún modo imaginable la «radical alteridad» de un pensamiento que, pensando lo presuntamente impensable, se muestra todavía vital. Así, ante el reto que supone la perspectiva locchiana como «radicalidad real» y «alteridad genuina» frente a una sucesión de discursos que suelen ser variaciones sobre un mismo tema, podemos verificar el alcance y la «sostenibilidad» de expresiones de foucaultiana memoria tantas veces repetidas pero casi nunca llevadas hasta sus últimas consecuencias: «Hay momentos en la vida en los que la cuestión de saber si se puede pensar distinto de como se piensa y percibir distinto de como se ve es indispensable para seguir contemplando o reflexionando. […]Pero ¿qué es hoy la filosofía -quiero decir la actividad filosófica -sino el trabajo crítico del pensamiento sobre sí mismo? ¿Y acaso no consiste, en vez de en legitimar lo que ya se sabe, en intentar saber cómo y hasta dónde sería posible pensar de otro modo?» (12).
En referencia a los textos aquí presentados, Stefano Vaj, con cierto sentido del humor, y a medio camino entre la premonición y la invocación, ha escrito:
«Tal material, en mi modesta opinión, es absolutamente dinamita. Lo que puede significar que nadie llegue ni siquiera a darse cuenta de ello, que el libro venda doscientas copias y que sea redescubierto por los arqueólogos del futuro. O podría suceder lo que sucedió con Zarathustra, que en la primera edición vendió números semejantes y, sucesivamente, condicionó -ya fueran conscientes de ello o no los actores -el siglo posterior de la historia europea»13.
No será el «tiempo» el que lo diga, sino los hombres que, con su voluntad y en función de la acción que desplieguen en un presente concebido como proyección y renovación de su pasado más originario, se convertirán en hacedores de su propia historia o, renunciando a todo ello, en objetos de la historia ajena.
NOTAS
1 Friedrich Nietzsche, Segunda consideración intempestiva, traducción de Joaquín Etorena, Buenos Aires, Argentina, Libros del Zorzal, 2006, p. 12
2 Entrevista de Adriano Scianca con Stefano Vaj aparecida en el periódico “II secolo d’Italia” el 8 de marzo de 2007. Adriano Scianca es doctor en filosofía, colaborador del citado periódico y responsable cultural de Casa Pound Italia. Es una de las jóvenes figuras que ha contribuido a la recuperación del pensamiento de Locchi, como atestigua, entre otros, su texto también traducido en español y difundido en Internet “El cantor del nuevo mito. Giorgio Locchi revisitado”. Sobre Stefano Vaj y su función central en la difusión de la obra de Locchi, véase la “Nota a la presente edición”.
3 Aquí y en todas nuestras traducciones, empleamos el término «sobrehumanismo», a diferencia de la versión «superhumanismo» que ofrece Carlos Caballero en su traducción, porque creemos, en primer lugar, que es más fiel a los términos usados por Locchi tanto en francés («surhumanisme») como en italiano («sovrumanismo»), ya que estas lenguas tienen también el prefijo «super» que Locchi evitó. Además, desde un punto de vista práctico y no estrictamente etimológico, el prefijo «super» más que indicar la idea de «por encima de» suele ser entendido como «aumento» de algo. Así, de forma equívoca, podría entenderse el «superhumanismo» como una especie de culminación o realización de la tradición humanista (ya sea en sus versiones religiosas o laicas), cuando, en realidad, en la óptica de Nietzsche y, especialmente, en la de Locchi, el «sobrehumanismo» es algo cualitativamente distinto.
4 Por tanto, la obra escrita de Locchi publicada en formato libro durante su vida está constituida por Wagner, Nietzsche e il mito sovrumanista (LEdE-Akro-|)t)lis, Roma 1982) e II male americano (LEdE-Akropolis, Roma 1978). Podemos contar también L’essenza del fascismo (II Tridente, La Spezia 1981) que está Incluido en la presente compilación y la recopilación alemana Das unvergän-gliche Erbe (Thule-Seminar, Tubinga 1981) en la que Locchi participaba con el ensayo igualmente incluido en este volumen “El sentido de la historia”.
5 Sin ánimo de ser exhaustivos y sólo por citar algunos nombres cuyas producciones intelectuales demuestran a veces evoluciones y orientaciones distintas: Alain de Benoist, Maurizio Cabona, Stenio Solinas, Gennaro Malgieri, Marco Tarchi, Giovanni Perez, Alessandra Colla, Pierre Krebs, Piero Buscaroli, Robert Steuckers, Piero Sella, Marcello Veneziani, Gianantonio Valli, Pierre Vial, Guillaume Faye, Carlos Dufour, Horacio Cagni, Leonello Rimbotti, los ya citados Scianca y Vaj, Francesco Boco, Giovanni Damiano, etc.
6 En una intervención realizada en un foro de Internet. Francesco Boco es un joven filósofo italiano de formación sobrehumanista en cuyos textos aparece notablemente la influencia de Locchi. Asimismo, ha traducido al italiano la locchiana obra de Guillaume Faye sobre el pensamiento de Heidegger Per farla finita con il nichilismo. Heidegger e la questione della tecnica, SEB, Milán 2007. Disponible también en Internet en uomo-libero.com.
7. Friedrich Nietzsche, Más allá del bien y del mal, trad. Andrés Sánchez Pascual, Madrid, Biblioteca Nietzsche, Alianza Editorial, 2009, parágrafo 246, p. 214.
8. Paolo Isotta, “La musica, il tempo, il mito” introducción a Wagner, Nietzsche e il mito sovrumanista, p. 15.
9 Giorgio Locchi, Wagner, Nietzsche e il mito sovrumanista, pp. 73-74. Sobre este y otros aspectos referentes a la dimensión wagneriana del mito sobrehuma-nista, es preciso leer con atención no sólo la “Introducción a la Tetralogía” de locchi, que el lector podrá encontrar en páginas sucesivas de este libro, sino también las exhaustivas y ponderosas notas de Stefano Vaj que lo acompañan y amplifican.
10. Nietzsche, op. cit. pp. 146-147.
11. Locchi, op. cit. p. 79.
12. Michel Foucault. Hay versión española: Historia de la sexualidad II. El Uso de los placeres. Ediciones Siglo XXI, México, 1984, p. 12.
13. Intervención de Stefano Vaj en el foro Vivamafarka