García Hispán Editor
2001
151 págs.,
incluye fotos, planos y mapas
15×21 cms.
Tapa: blanda,
encuadernación rústica
Precio para Argentina: 119 pesos
Precio internacional: 17 euros
Para muchos, el hundimiento del «Scharnhorst» no es más que un recuerdo nebuloso. Debido a la estricta censura de guerra que impidió conocer las circunstancias próximas del suceso, son pocos los que saben con exactitud lo que realmente sucedió. Mas aquellos sucesos, cuyo verdadero significado sólo ahora podemos juzgar, forman parte de la historia de nuestra Marina y de nuestro país. Por ello, me decido a contar la verdadera historia del hundimiento de aquel buque valeroso.
Fritz Otto Busck
“Este libro, en el que se han considerado todos los informes disponibles de ambas partes, nos muestra en forma vivida la tragedia del Cabo Norte en la que, a consecuencia de una superioridad abrumadora, sucumbió aquel bravo buque en la noche del día de Navidad de 1943. En él se muestra el maravilloso comportamiento y el sentido del deber que animaba a todos los hombres del «Scharnhorst» que supieron responder a las más altas tradiciones de la Marina.”
Helmuth Giessler,
Segundo Comandante del «Scharnhorst»
ÍNDICE
Prólogo
La vida de un acorazada.
La situación política y estrategica.
“¡Convoy “J.W.”, a Murmansk, en marcha!”.
El “Scharnhorst” se hace a la mar.
La marina británica en la protección de convoyes.
El radar inglés, instrumento secreto.
El Jefe de las fuerzas británicas, Almirante Sir Bruce A. Fraser tiende la trampa al Scharnhorst.
El “Duke of York” se hace a la mar con la Fuerza 2.
La red es lanzada en torno al “Schornhorst”
El “Scharnhorst” marcha al combate.
El Vicealmirante Burnett ataca con la 10ª escuadra de cruceros de la Fuerza 1.
El segundo encuentro con la Fuerza 1.
El Almirante Sir Bruce Fraser termina de tender la red.
El fuego de la artillería pesada sobre el “Scharnhorst”.
Los destructores de la Fuerza 2 atacan.
El “Duke of York” ataca por segunda vez.
El puente de mando y la torre doble IV-Babor de 15 cm. del “Scharnhorst”.
El “Jamaica” el “Belfast” y los destructores ingleses aniquilan al “Scharnhorst” con torpedos.
Del Comandante a todos los puestos: “Abandono de buque”.
Salvamento de los supervivientes.
Los supervivientes a bordo del “Duke of York”.
Comparación de las fuerzas navales que intervinieron en el combate.
PRÓLOGO
El día 6 de enero de 1939 tuvo lugar la entrega del «Scharnhorst» a la Marina de Guerra Alemana. Con este motivo su Comandante, entonces Capitán de Navio Ciliax, dijo a sus oficiales: «Tengan presente que el espíritu que los primeros oficiales de un barco sepan inculcar a la dotación, perdurará durante toda su vida». Nadie Pudo medir entonces el certero significado de aquellas palabras.
En los pocos meses que precedieron a la guerra la joven dotación llegó a fundirse como en un solo cuerpo. Después la participación en muchas y variadas empresas de guerra que fueron llevadas a cabo con el mayor éxito, aunque no siempre sin daños, fué desarrollando en ellos un espíritu de unidad y camaradería rara vez alcanzado. Cada uno de los dos mil hombres que integraban la dotación del «Scharnhorst» estaba persuadido y poseído del mismo sentimiento: «navegamos en un buque afortunado».
Este libro, en el que se han considerado todos los informes disponibles de ambas partes, nos muestra en forma vivida la tragedia del Cabo Norte en la que, a consecuencia de una superioridad abrumadora, sucumbió aquel bravo buque en la noche del día de Navidad de 1943. En él se muestra el maravilloso comportamiento y el sentido del deber que animaba a todos los hombres del «Scharnhorst» que supieron responder a las más altas tradiciones de la Marina.
Willhelmshaven, Octubre 1951.
Helmuth Giessler,
Capitán de Navio (retirado), Oficial de Derrota y Segundo Comandante del «Scharnhorst» desde 1939 a 1943.
PREFACIO
Para muchos, el hundimiento del «Scharnhorst» no es más que un recuerdo nebuloso. Debido a la estricta censura de guerra que impidió conocer las circunstancias próximas del suceso, son pocos los que saben con exactitud lo que realmente sucedió. Mas aquellos sucesos, cuyo verdadero significado sólo ahora podemos juzgar, forman parte de la historia de nuestra Marina y de nuestro país. Por ello, me decido a contar la verdadera historia del hundimiento de aquel buque valeroso.
Transcurre el año 1940. Les diarios ingleses publican en sus crónicas los nombres de los acorazados alemanes «Scharnhorst» y «Gneisenau» con motivo del hundimiento del portaviones «Glorious». Según se desprende de los comunicados alemanes, el «Scharnhorst», cuyo nombre sonara por primera vez al hundir al crucero auxiliar «Rawalpindi», ha sido esta vez también el causante del hundimiento del portaviones cuya dotación se fué al fondo con él junto con las de sus dos destructores de escolta, «Acasta» y «Ardent». Luego, el más profundo silencio volvió a reinar en torno al «Scharnhorst».
De pronto, en los comienzos de 1941, vuelve otra vez a sonar su nombre con motivo del hundimiento de algunos buques mercantes en el Atlántico. Durante meses y meses las fuerzas británicas de mar y aire buscan en vano al acorazado alemán, pero el «Scharnhorst» ha desaparecido en cualquier lugar de la inmensidad del Océano, tragado por las nieblas, escondido tras las violentas borrascas que barren los mares en esta época del año.
«¡El «Scharnhorst» y el «Gneisenau» han entrado en Brest!»
Los ingleses prestan atención con interés: ¡por fin está localizado! Las Reales Fuerzas Aéreas lo encontrarán y aniquilarán; al menos esto es lo que se piensa en Londres. Una y otra vez truenan las bombas en la base francesa del Atlántico. La RAF vigila y ataca, envía aviones de reconocimiento y bombarderos. En Inglaterra se aguarda con impaciencia el parte que anuncie su destrucción, pero éste no acaba de llegar. El acorazado está perfectamente enmascarado, con la cubierta repleta de árboles, arbustos y redes de ocultación cuajadas de ramaje que impiden totalmente su visión desde el aire. Aunque recibe algunos impactos de bomba en La Pallice, éstos no son mortales, no consiguen aniquilarlo. Durante meses, la RAF sigue probando fortuna, pero en vano. El «Scharnhorst» continúa en su escondrijo a la expectativa, alistándose. Un día su amarradero amanece vacío.
El día 12 de Febrero de 1942 cae la increíble noticia como una bomba en el Almirantazgo británico: «¡Unidades de la Flota alemana en el Canal, el «Scharnhorst», el «Prinz Eugen» y el «Gneisenau!» ‘
Todos se preguntan cómo pueden haber salido estos barcos sin ser descubiertos, mientras se aprestan todas las fuerzas disponibles. Pero éstas son escasas, los buques que debían estar previstos para este fin se hallan muy al Norte, demasiado lejos, y no podrán llegar a tiempo. Tan sólo un par de torpederos, algunos aviones torpederos anticuados y unos pocos bombarderos se lanzan contra la formación alemana. La artillería de costa abre el fuego, pero todo en vano: el paso del canal se realiza con éxito. Nuevamente el legendario «Scharnhorst» desaparece con los destructores, torpederos, lanchas rápidas, y minadores que, junto con la «Luftwaffe», han protegido la operación.
Tiempo después, a fines de 1943, surge por fin una noticia difundida por los diarios ingleses y la BBC londinense:
«El «Scharnhorst» ha sido hundido, el día 26 de Diciembre de 1943 a 19h 45m, por fuerzas navales británicas. 60 millas al noroeste del Cabo Norte.»