García Hispán Editor
1998
317 págs.,
15×21 cms.
Tapa: blanda,
encuadernación rústica
Precio para Argentina: 126 pesos
Precio internacional: 18 euros
Son tantos los millares de lectores de LA GRAN CRÓNICA DE LA DIVISIÓN AZUL que nos apremian para que pongamos a su alcance el libro que Vd. tiene en sus manos. LOS IRREDUCTIBLES, que GARCÍA HISPAN, EDITOR, S.L ha decidido adelantar la salida de esta obra, historia insólita de los voluntarios españoles que pusieron el epilogo a las gestas de la División Azul y de la Legión Azul.
GARCÍA HISPAN, EDITOR, S.L. ha lanzado ya a la calle los dos tomos de ORILLAS DEL VOLJOV y los otros dos de ARRABALES DE LENINGRADO, acogidos -como no podía ser menos- con enorme éxito. A estos títulos debieran haberles seguido, por orden cronológico, los dos tomos de LUCHARON EN KRASNY BOR y, a continuación, LOS LEGIONARIOS, LOS IRREDUCTIBLES y LOS PRISIONEROS, con lo que finaliza la colección de Fernando Vadillo, el historiador por antonomasia de la presencia de combatientes voluntarios españoles en la segunda Gran Guerra.
La alteración cronológica de la obra responde, repetimos, al deseo unánime de nuestros lectores, a los que nos debemos. LOS IRREDUCTIBLES describe las proezas del millar y medio de jóvenes falangistas -ex-divisionarios en su mayoría- que protagonizaron el sacrificio, la muerte y el heroísmo, del episodio más patético y emocionado de cuantos recrea LA GRAN CRÓNICA DE LA DIVISON AZUL.
Estos jóvenes quisieron mantener su lealtad hasta las últimas consecuencias. Lucharon ferozmente en los frentes de Yugoslavia, Rumania, Hungría, Italia, Bélgica, Francia, Pomerania y, por último, en Berlín, donde guerrearon en defensa del barrio ministerial y del Führerbunker. La lucha desesperada de estos jóvenes encuentra, en LOS IRREDUCTIBLES, el homenaje a quienes ofrendaron la vida y a los que el azar quiso conservársela, milagrosamente, en el apocalíptico crepúsculo del III Reich.
ÍNDICE
Prólogo 9
I. Otra vez la Falange en armas 11
II. De los Pirineos a Prusia Oriental 27
Guerrearon en Normandía 35
Contra el alud soviético-rumano 51
V. Frente a las guerrillas yugoslavas 67
VI. A las órdenes de Otto Skorzeny 79
VII. Con los valones de León Degrelle 91
VIII. En las Ardenas, última contraofensiva 105
IX. Diluvio de hierro y fuego sobre Berlín 115
X. Cuatrocientos españoles en el Oder 131
XI. De los Cárpatos al infierno berlinés 149
XII. La Embajada Española, a Suiza 163
XIII. Desbandada de los españoles de Skorzeny 169
XIV. La Unidad Ezquerra lucha por Berlín 181
XV. Fueron atrapados en Eslovaquia 193
XVI. ¡Ruskis kaput! ¡Arriba España! 213
XVII. Berlín, la Numancia del nazismo 225
XVIII. Defendieron la Cancillería 241
XIX. Españoles en el ejército rojo 265
XX. Degrelle aterriza en San Sebastián 285
XXI. Italia, salida hacia España 295
XXII. ¡Oh, la dulce Francia! 305
Epílogo 315
PRÓLOGO
El título de este libro califica, en dos palabras, el espíritu de aquellos españoles que combatieron, unos hasta la muerte y otros hasta la capitulación alemana, en la trágica fase crepuscular de la segunda Gran Guerra. Los que perdieron la vida encontraron la gloria —que no es patrimonio exclusivo de los vencedores—, porque lucharon heroicamente para detener la avalancha comunista que amenazaba invadir toda Europa y pulverizar nuestra cultura occidental, englobándonos en una especie de Unión Continental de Naciones Socialistas Soviéticas.
Los Irreductibles no puede ser, como sus antecesores de la saga divisionaria —Orillas del Voljov, Arrabales de Leningrado, Lucharon en Krasny Bor, Los Legionarios, División Azul, la gesta militar española del siglo XX—, un libro monolítico o hecho de una sola pieza. Porque los irreductibles españoles no formaron una sola unidad, sino que fueron divididos, diseminados en distintas divisiones y grupos de combate. Y éstos cambiaban frecuentemente de lugares, de nombres y de números, por exigencias estratégicas, además de dividirse y subdividir-se, y agruparse y reagruparse con otras unidades. De modo que el autor de Los Irreductibles no ha dispuesto de un organigrama, un diario de operaciones y la abundante documentación de que dispuso para escribir los citados libros anteriores. No ha tenido a su alcance un Servicio Histórico Militar español, como el que antes tuvo, ni referencias históricas extraídas de organismos similares ingleses, norteamericanos, alemanes y soviéticos. Sí, también soviéticos.
La historia de los jóvenes españoles, falangistas y ex divisionarios especialmente, que insistieron en continuarla lucha contra el comunismo hasta extremos holocausticos, es el resultado de lecturas, documentos personales y testimonios cuidadosamente contrastados. El general León Degrelle, jefe de la División Valona; Otto Skorzeny, libertador de Mussolini, Henri Fenet, oficial de la División Carlomagno; además de otros altos oficiales, diplomáticos, personal de Embajadas, trabajadores y soldados, figuran en la lista de nuestros numerosos informantes, y nos narran retazos de quienes, incorporados en la Wehrmacht o en la Waffen SS, lucharon con reconocida y proclamada bravura, desde Pomerania al Norte de Italia, de Francia a Rumania, de Yugoslavia a Eslovaquia, del Báltico al Adriático, del Danubio al Oder…, y cuyo arrojo los llevó por último a la defensa de Berlín, de su barrio gubernamental, su Cancillería y el bunker donde el Führer vivió sus últimas horas.
Este libro no hubiera sido redactado sin el aliento que nos infundiera el joven escritor alicantino Carlos Caballero. Aliento y colaboración efectiva, porque Caballero se ha consagrado en importantes trabajos históricos sobre la segunda guerra mundial. Pertenece a esa parcela de juventud española que, al cabo de medio siglo, rinde culto a la División Azul y a sus caídos cuando a éstos les canta, o les reza las bellas estrofas del Cara al Sol. Estos jóvenes falangistas actuales son los llamados a tomar el relevo de la antorcha divisionaria. Es un consuelo que Dios ha concedido a quienes no merecen el silencio y el olvido de la Patria por la que lucharon y cayeron.
EPÍLOGO
Fueron los últimos combatientes idealistas de aquella España. Fueron sus últimos jóvenes románticos y soñadores, mitad soldados y mitad monjes, para quienes José Antonio profetizase un paraíso de ángeles con espadas. Fueron los dignos descendientes de la gloriosa División Azul. Fueron los donceles elegidos de la Falange. Fueron los mejores. A ellos, los irreductibles, caídos unos para montar su guardia en los luceros, y supervivientes otros para defender la integridad de su juvenil ideología, saludo emocionadamente a nuestro modo y estilo: brazo en alto, ¡Arriba España!
F.V.
EL AUTOR
Del Ebro hispánico al Valjov soviético, de la falangista bandera Móvil a la División Azul, Fernando Vadillo dedicó su adolescencia a un prematuro guerrear por su irreductible fe joseantoniana. Al regreso del frente soviético —dieciocho años de edad— prosigue sus estudios, y los entremezcla con las exposiciones de pintura y actividades aparentemente tan contradictorias como la poesía, la novela, los artículos periodísticos, la crítica del arte, la dirección de revistas v el boxeo. Su práctica en este deporte le lleva al diario «Marca» primero, y al «AS» después. Sus crónicas y críticas son auténticas piezas literarias y, en consecuencia, es el único periodista que obtiene, entre otros muchos galardones, el título de «el mejor escritor de boxeo en idioma castellano» que le otorga el WBC o Consejo Mundial de Boxeo. En 1967 comienza a aparecer su saga divisionaria, en cuya preparación documental ha empleado más de un lustro. El primero de los libros se titula «Orillas del Voljov», seguido de «Arrabales de Leningrado», «Lucharon en Krasny bor» y«Balada final de la División Azul. 1: Los legionarios». Independientemente de otros libros de distinta temática, a Femando Vadillo le ha consagrado principalmente en la literatura su obra divisionaria. Escritores y críticos ilustres han elogiado la alta calidad de su estilo narrativo, donde se equilibran dureza y ternura, desgarro y lirismo. Esta brillantez artística, puesta al servicio de la pulcritud histórica, dan como resultado una obra tan estremecedora como estremecedora fue, mírese desde la óptica militar y política que se mire, el heroico comportamiento de la División Azul.