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Alpargatas y Libros – Fermín Chávez

157 páginas
Ediciones Theoria
2003

Encuadernación rústica
Precio para Argentina: 35 pesos
Precio internacional: 10 euros

Desde el campo de la Historia –el autor es profesor de la disciplina y encuadrado en el revisionismo- nos llega un importante aporte para el conocimiento  de la historia cultural argentina. En realidad, este esfuerzo debe ser apreciado no sólo por el contenido de la obra, sino porque cubre un vacío sentado en la historiografía del país, más inclinada al estudio de otras épocas del pasado, que al período peronista.
La obra comentada abraza el lapso comprendido entre 1945 y los tiempos actuales. En ágiles páginas se pueden apreciar los distintos protagonistas peronistas de la cultura. Nos sorprenderemos con algunos de ellos. Así desfilan por este diccionario intelectuales como Vicente D. Sierra; Manuel Gálvez; Carlos Ibarguren; José Imbelloni; Alicia Justo –hija de Juan B. Justo y de la médica Alicia Moreau de Justo-; Diana Piazzolla –hija del célebre bandoneonista-; Rodolfo Puiggrós; Pablo Ramella; Pedro Cossio –hermano del gran jurista Carlos Cossio-; César Tiempo; Oscar Viale; etc.
Como recuerda el autor al iniciar su exposición, no se trata de un trabajo de investigación definitivo, sino que “el tema queda abierto para quienes quieran seguirlo trabajando en el futuro”. La obra está dividida en tres partes. La primera, contiene el índice onomástico con 230 protagonistas. La segunda, incluye un interesante vocabulario de época con la explicación de términos como “alpargatas sí, libros no”, “perucas”, “René” –nombre con que en la jerga policial fue bautizada la picana eléctrica aplicada a los militantes peronistas y de izquierda -. La última parte enumerada está constituida por la Addenda.
Esta contribución esclarece muchos aspectos de la cultura nacional durante los gobiernos peronistas, tema visto por lo general con ciertos prejuicios, siendo su consulta provechosa y útil.

PROEMIO

La idea de confeccionar un diccionario con los protagonistas peronistas de la cultura no es nueva en nuestros proyectos, pero la magnitud y la arduidad de la obra la fueron retrasando. Y en verdad, en medio de nuestra labor la premisa susodicha no ha sido desmedida.
Así, al fichar nombres para las entradas, llegamos a reunir más de 500 can­didatos, y esto sin tener en cuenta las omisiones involuntarias que se dan en estos casos. ¿Qué solución para cumplir por lo menos en parte con nuestro proyecto? Porque nos resultaba tarea imposible trazar las semblanzas de todos los protagonistas fichados cum fundamento in re. Y optamos por una salida viable, a pesar de que pueda parecer injusta u objecionable.
Elegimos 230 protagonistas de variados oficios y diversas procedencias para la parte primera del libro, y recurrimos a una segunda parte enumerativa cual es la que constituye las Addenda.
De seguro que algunas inclusiones como “peronistas de la cultura” van a suscitar interrogantes: así, verbi gratia las de José Bento de Monteiro Lo­bato y de C. Virgil Gheorghiu, para citar sólo dos nombres. ¿Cuál es el fundamento para tal inclusión? Lo que ocurrió es suficiente.
Monteiro Lobato -escritor brasileño nacido en 1888 y muerto en 1948-, especializado en literatura infantil, firmó, bajo el seudónimo de Miguel P. García, un libro destinado a los niños argentinos, La Nueva Aro-entina Ed. Acteón, (c. 1947), y que era una explicación del Justicialismo destinada al público infantil. El libro fue vertido al castellano por Ramón Prieto.
En cuanto a C. Virgil Gheorghiu -poeta y novelista rumano nacido en 1916-, trepó a la fama con La Hora Veinticinco. Visitó por primera vez Bue­nos Aires en 1950 y fue recibido por Eva Perón en su despacho, donde ella le colocó en la solapa un Escudo Peronista. Volvió en 1953 y fue recibido por el presidente Perón. Esto pasó antes de que escribiera El hombre que viajaba solo, editado en 1954- En esta narración aparecen Perón y Evita como protagonis­tas, y allí Matisí (que es Gheorghiu) le cuenta a Perón que escribió uno de sus libros “fumando cigarrillos argentinos de los que Eva Perón enviaba a los prisioneros de Europa por mediación del Vaticano”.
En 1955 regresó Gheorghiu con el propósito de escribir un libro sobre “los descamisados”, y Perón le brindó hospedaje en el Palacio Unzué. Pero, tras el derrocamiento, el rumano dio vuelta la taba y, en octubre de 1955, publicó en Clarín cuatro artículos con el título común de “La hora vein­ticinco de Perón”. Era una novela de otra tendencia, acorde con el mo­mento y ya sin el escudo peronista y sin los “descamisados”.
Alguien, tal vez, preguntará la razón de la inclusión de José Gobello, quien se fue del peronismo a partir de 1958. Es cierto, pero su trayectoria de periodista en Democracia, de 1946 a 1950, y su elección de diputado peronista y su prisión de fines de 1955, justifican su tiempo peronista. Hasta llegó a escribir como Belgo un texto contra el famoso decreto 4161: “70 veces 4161” en Democracia, 30 de julio de 1962.
Nos parece oportuno señalar que hubo otros extranjeros afines al proyecto de Perón o con vínculos amistosos y de admiración que preferimos dejar afuera. Nos estamos refiriendo al exiliado belga Pierre Daye, exdiputado rexista y autor en castellano de Stanley y El suicidio de la burguesía europea, editado por Claridad, y quien fundó en 1955 el periódico Unión, para apoyar a Perón. A Hans U. Rudel, autor del Piloto de stukas, quien mantuvo una estrecha amistad con el General y vino a Buenos Aires en octubre de 1973 para asistir a la asunción de Juan Perón a su tercera Presidencia. Y a Guillermo Sassen, otro europeo culto amigo del líder exiliado y que concurría a Puerta de Hie­rro para gozar de sus diálogos.
Algún lector, tal vez, habrá de reparar que en nuestra nómina no figura el Dr. Tomás D. Casares, notable jurista que se desempeñó como miembro de la Suprema Corte de Justicia, desde 1944 hasta 1955, y que presidió dicho tri­bunal entre 1947 y 1949, luego que la Corte anterior a 1946 fue sometida a juicio político. Casares era católico y el conflicto con la jerarquía eclesiástica lo arrebató en 1955. Y la historia lo hizo víctima cuando, en junio de 1955 y en el mitin antiperonista de Corpus Christi, fue detenido en la Catedral. Tal es la razón de esta exclusión.
El tema queda abierto para quienes quieran seguirlo trabajando en el futu­ro. Da para mucho y es conveniente seguirlo enriqueciendo. Con el cuidado necesario, porque no conviene olvidar el verso de Virgilio que dice: “it ni-grum campis agmen”. Esto es, “la tropa negra avanza por el llano”. Y el poeta latino hablaba de una procesión de hormigas.
F. Ch.

EL AUTOR

Fermín Chávez, nacido en el campo entrerriano en 1924, es Nogoyaense Ilustre desde 1991 y Premio Consagración Nacional desde 1990. Se ha especializado en historia de la cultura y escrito conocidas biografías de José Hernández, El Chacho, López Jordán, José Luis Busaniche, Juan Perón y Eva Perón. También escribió teatro y estudió dibujo con Fray Guillermo Butler, O.P. Sus últimos títulos: Otra Vuelta con Martín Fierro; Siete Escolios sobre Perón; El Peronismo visto por Víctor Frankl, y El Che, Perón y León Felipe.
Algunos juicios:
“Su libro Vida y muerte de López Jordán me apasionó. Dejé a un lado mis trabajos -una parte de mis trabajos- y me puse a leerlo. Ha realizdo una obra seria, bien documentada, llena de amor a la justicia, a la verdad”.
Manuel Gálvez, 1950.
“En un país de gran cultura, Inglaterra o Francia, su plaqueta iría de in­mediato a “los clásicos”: sería leída, reproducida en antologías, citada, discutida, comentada…”.
Leonardo Castellani, 1952.
“Magnífico libro el suyo sobre Rosas y la cultura”.
Guillermo Furlong, 1973.
“También debo señalar la estoica figura de Fermín Chávez que con ahínco consagró su vida a descifrar nuestra historia y ponerla en claro. Entre sus muchas y enriquecedoras obras señalo José Hernández”.
Hipólito Paz, 1999.