233 páginas
Ediciones Rubin
2008, Argentina
tapa: blanda
Precio para Argentina: 89 pesos
Precio internacional: 24 euros
Libro censurado en las librerías.
Spollansky enumera, hasta el abatimiento, las propiedades de Elsztain. “Los tentáculos del Pulpo”, con “vinculaciones” y controles que se entrecruzan. Con una alegada capacidad para subir o bajar los precios. Como así también los valores de la manipulable Bolsa de Comercio.
Enumera las hectáreas multiplicadas por centenas de miles. Exalta una extraña parábola del drama contemporáneo:
“La mafia presiona al kirchnerismo y a la oposición. Impulsa a los funcionarios a cobrar las retenciones, y empuja al campo a resistirlas. Además, lava dinero”
Identifica la cantidad de edificios enteros, de hoteles fascinantes, desfilan los fosforescentes shoppings, la infinidad de empresas que conforman el circuito cerrado que le permiten, “al gang”, emprender las -digamos- travesuras. Pero siempre con el consuelo espiritual asegurado. Con “la protección sacra”. Conseguida a través de las donaciones de Elsztain, humanitariamente desinteresadas. Por la condición de máximo benefactor del grupo ortodoxo más solidario de la comunidad. La Javal Lubavitch.
Las reclamaciones expuestas, hacia el rabino Tzibi Grumblatt, jefe espiritual de los Lubavitch -a los que califica duramente Spollansky, como parte de la mafia-, componen uno de los momentos más impresionantes del libro inflamable que tanto irrita e incendia. Que nadie quiere asumir.
ÍNDICE
Introducción /13
Ocho razones tuve para escribir este libro Prólogo
Cómo surgió la idea de este libro
Elzstain: Propiedades Agrarias
La mafia Elsztain – Mindlin y la crisis del campo
La mafia presiona al kirchnerismo y a la oposición, impulsa a los funcionarios para cobrar las retenciones y empuja al campo a resistirlas, y además lava dinero
Capítulo I/23
Antecedentes de la mafia judía en Estados Unidos La Kosher Nostra
Hasta dónde llegaron Luciano y Lansky
La mafia judía en la Argentina, sus orígenes
La Zwi Migdal
Los temeyim
Mafia, crimen organizado, delincuencia de cuello blanco
Capítulo II/33
Mafia judía y menemismo
La política privatizadora cedió poder político a las Mafias Beraja y Menem: historia de una asociación ilícita Privatizaciones escandalosas
La actuación de Espartaco Rojo en la privatización del Banco Hipotecario Nacional ¿Cómo se regaló el Banco Hipotecario?
¿Cómo se consiguieron los 1.200 millones de dólares para pagar la compra del 25% de las acciones del Banco Hipotecario Nacional?
La mafia se apropia de territorios
Capítulo III/53
Los miembros de la mafia
Las sociedades: ¿refugios, escondites, aguantaderos legales o estructuras de despiste para evitar cualquier seguimiento o investigación ?
Sociedades en las que participa el gang
Sociedades de Bolsa vinculadas al gang
Elsztain y Zang manejan la Bolsa de Buenos Aires
Capítulo IV/71
El Padrino (GEVATTER EN IDISH) El Estado Mayor del GEVATTER Saúl Zang
Marcos Marcelo Mindlin Martín Esteban Paolantonio Tzvi Grumblat Clarisa Lifsic de Estol Guillermo Harteneck Mario Blejer
El gang y sus grandes contactos en el directorio global Edgard Bronfman Sam Zell
Michael Steinhardt Gorges Soros
Una “suciedad” generó la pelea de Soros con el gang
Los conseglieri: Estudio Jurídico Zang, Bergel, Viñes y Asociados
El gang Zang y el Banco Mayo
Las manos en la lata
Capítulo V/97
Vivencias personales con algunos miembros de la mafia Roberto Apelbaum
La “Carta de despedida de Apelbaum” La respuesta de Edgardo Fomero y Ricardo Gómez Roberto Apelbaum unía a Elzstain con Macri Ernesto Viñes
Capítulo VI/105
Historia de una querella
De cómo hice caer a un vicepresidente de la mafia Apelbaum y Fabiana Katz de Apelbaum
Capítulo VII/109
Los tentáculos del pulpo
IRSA Inversiones y representaciones Algunas sociedades vinculadas Algunas sociedades controladas
Algunos problemas del gang con la Comisión Nacional de Valores Sumario SAPSA (Alto Palermo) Otros ilícitos
Felisa Miceli y el Banco Hipotecario investigados por maniobras
APE: Acuerdo Preventivo Extrajudicial del BHSA
Miceli, Elzstain y los ADR
Las Financieras BH
Venta de 4600 Mutuos Hipotecarios
Capítulo VIII/131
Cómo terminó Beraja
La “inocencia” del Patricios Operatoria de las mesas de dinero Otras personas deudoras Operación irregular con Icatur SA Asistencia crediticia en cuenta corriente Análisis jurídico de la imputación Participación criminal
Capítulo IX/201
¿Cómo van a terminar Elsztain y su gang? Algunas cuestiones del gang con la justicia penal Eduardo Elsztain, Felisa Miceli y los ADR Allanamiento del BHSA Firmas de balances del BHSA Querella al Banco Hipotecario El ardid
Presentaciones realizadas por la Asociación en Defensa de la Vivienda familiar de la República Argentina (Adevifra)
Epílogo/217
La necesidad de un gran movimiento antimafia El fenómeno toughs jews y nosotros El fenómeno hofjuden y nosotros La Mafia maneja todo
Apéndice /221
Bibliografía/233
EXTRACTOS
“En pleno conflicto del campo, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se entrevistó con Eduardo Sergio Elsztain. Los contenidos exactos del diálogo se desconocen. Lo que sí se sabe es que Elsztain fue invitado porque es el principal latifundista cerealero y sojero de la Argentina, influyente a las vez, sobre las cuatro organizaciones ruralistas – Sociedad Rural, Federación Agrearia Argentina, Confederaciones Rurales Argentinas y Coninagro – y empresario de confianza en las esferas de decisión del gobierno.
En el mes de enero del 2008 Eduardo Sergio Elsztain se entrevistó lejos de los despachos oficiales con Martín Lousteau, entonces ministro de economía, y le sugirió elevar “nuevamente” las retenciones. Estas ya habían sido elevadas dos veces durante el 2007.
Más allá de los intereses fiscales en juego, Elsztain necesitaba esta medida para incrementar aún más su ganancia extraordinaria. Sabido es que existe una ganancia extraordinaria básica por el precio internacional y porque la demanda sigue creciendo en el Extremo Oriente.
Pero para poder hacer más fáciles los negocios de penetración terrateniente en Brasil, en Paraguay y en el Este boliviano, le hace falta a la mafia más y más dinero. Estos recursos deben ser extraídos de la gran masa de productores en negro, que ante el crecimiento de las retenciones habrían de quedar a merced de los acopiadores y de los grandes cerealistas exportadores de los cuales Elsztain y su amigo Marcos Marcelo Mindlin, son los primeros.
El negocio es simple. Cualquier persona puede entender esta lógica de la superganancia fácil sobre un sujeto extorsionado doblemente, por el aparato fiscal del gobierno y por el gran capital concentrado.
Una asociación perfecta: la mafia obteniendo una ganancia extorsiva, mediante la utilización, no de pistolas o “luparas”, sino de un arma mucho más efectiva, el aparato fiscal del Estado.
La gran masa de productores en negro, aquellos a los que el propio fisco no incorpora deliberadamente, se ve obligada a realizar operaciones a pérdida que para intermediarios, acopiadores y cerealistas exportadores son ganancia redonda. Eso motivó el largísimo paro granario en rechazo a la política fiscal del gobierno, que a los cerealistas no les significó absolutamente ningún riesgo ni mucho menos, costo adicional. Encabezados por la mafia Elsztain, trajeron 4 millones de toneladas de soja del Paraguay que llegaron a Rosario en convoyes de balsas por la Hidrovía del Paraná.
La larga huelga agraria produjo desabastecimiento y, a la vez, un tremendo desprestigio del gobierno, pero los grandes cerealistas silenciosamente, siguieron ganando dinero y consolidaron su expansión en todo el MERCOSUR. La mafia Elsztain avanza rápidamente en el territorio sojizado. Lo obtenido como ganancia extraordinaria con la crisis lo utilizará para extender sus latifundios en Goiás y en el Matto Grosso”.
INTRODUCCIÓN
Ocho razones tuve para escribir este libro
En Jánuca se celebra “la entrega de los poderosos en manos de los débiles, los muchos en manos de los pocos… y los malvados en manos de los justos…”
En los ocho días de Jánuca prendemos ocho velas, empezando con una vela el primer día, y agregando una vela más cada día, generando más y más luz. Las velas se prenden con una novena vela llamada “Shamash” (servidor).
Humildemente voy a ser el “SHAMASH” para dar luz…
Voy a encender ocho velas, y espero que duren toda la vida:
La primera de ellas es mi propia responsabilidad como judío con relación a mi pueblo. No puedo admitir ya tanto silencio entre nosotros mismos, tanto hacer oídos sordos a la verdad, tanto negarse a admitir lo que nos está ocurriendo. Desde luego, miro al mundo desde la Argentina, pero también desde mi época y desde seis milenios que llevo en mi sangre.
La segunda, para nada menor que la anterior, es cierta pretensión profética, un deseo profundo de advertir contra el error que atrae el mal y contra el mal aparentemente menor que se transforma en un imán que trae el mal absolutamente mayor. Quizá lo que está ocurriéndonos, nos está pasando en todo el mundo y, como pasa con todos los pueblos, no sea algo que viene simplemente desde el ayer inmediato. Pero en nuestro caso se ha agravado de muy mala manera y se presenta de un modo ofensivo y ostentoso en estas tierras del sur del mundo.
La tercera es la responsabilidad como ciudadano argentino de enfrentar, descubrir, y revelar poniendo a la vista de todos, un entramado de hechos de corrupción punibles jurídicamente desde la legislación y repudiables desde nuestra ética de fundamento religioso. Si las leyes y los tribunales de la patria de nuestra nacionalidad estatonacional dejan hacer y dejan pasar a todas las mafias posibles, ¿cómo es que desde nuestra ética varias veces milenaria vamos a silenciar este abuso que nos hiere y nos humilla?
La cuarta es la reafirmación del judaismo como supervivencia de la verdad frente a la mentira del faraón, frente a la impudicias babilónicas de toda laya, frente a los embustes conspiracionistas del nazifascismo y el antisemitismo, frente a los genocidios, injusticias y dolores que han soportado nuestro pueblo y toda la humanidad en el transcurso de la historia. ¿Cómo es que hay algunos de nosotros que se dedican sistemáticamente a delinquir para provocar más y más antisemitismo o judeofobia? Esos que organizan mafias para echar a los pobres de su tierra y de sus casas, esos que se adueñaron de la energía a través de “arregladas” e intrincadas privatizaciones, esos que ayer acumulaban miserables fortunas explotando la trata de blancas, esos que no pueden poner freno a su ambición de enriquecimiento financiero ¿no son acaso profundos antisemitas, fundamentadores prácticos de la reacción totalitaria más siniestra?
La quinta es para que el lector perciba una confirmación: este no es un libro para entretener, ni para divertir, ni para divagar. Esta es un arma para luchar contra quienes nos llevan como pueblo a la desazón y al escepticismo. Esta es una herramienta para sembrar verdad y cosechar fraternidad humana. El no poder siquiera criticar a quienes no sólo delinquen sino que reducen a la esclavitud clientelística a nuestros paisanos, enriqueciéndolos primero para luego someterlos a la lealtad silenciosa de una omertá que no viene de nuestra cultura ni de nuestro pasado profundo, pero que es necesaria y funcional al pulpo mafioso y sus tentáculos, ofende y nos hace clamar contra las mil formas de la complicidad, entre las cuales está la religiosa.
La sexta es un compromiso inexcusable: este es un libro que denuncia actividades mañosas organizadas por diversos gangs integrados por judíos. Desde el título al colofón, es el resultado de un compromiso muy sensible con mis paisanos y con mis compatriotas, con mi familia y con mis amigos. La mafia, los gangs, la máquina de delinquir, los tentáculos que anillan las posiciones de poder formal para usarlas en beneficio de una acumulación especulativo financiera y una apropiación latifundiaria de extensiones incalculables de las tierras más ricas del mundo, y de miles y miles de metros cuadrados en predios urbanos, hieren hondamente y ofenden y nos provocan y convocan a ejercer nuestra responsabilidad cívica, moral, social y religiosa contra la injusticia.
La séptima, es que como judíos tenemos un imperativo: “No olvidar”, o si lo queremos: “Recordar”. Ser memoria permanente de hechos, situaciones, angustias y éxitos que nos han formado como pueblo, como testigos de sucesos que no pueden pasar por alto nuestras vidas, nuestros meses, nuestros días…
Y la octava y última vela la enciende el corazón: si no hubiera escrito este libro, hubiera sentido que también para mí escribía aquella mano sin cuerpo, en la pared de aquel palacio del déspota babilónico, la enigmática frase:
“fuiste pesado en balanza y has sido hallado falto…”
PRÓLOGO
Como primera expresión quiero dejar en claro mi judaidad, la de mi esposa, la de mis hijos, la de mi padre, la de mi madre, de mis abuelas, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, suegros, abuelos de mi señora, bisabuelos de mi señora, tatarabuelos de mi señora, todos, por parte de madres y padres, con lo que quiero significar que no hay un mínimo porcentaje de sangre que no sea judía, tanto por las venas de mi señora, las mías, la de mis hijos, o sea que soy tanto o mas judío que cualquiera de los que nombro en este libro, haciendo la salvedad que, siendo religioso, no soy ortodoxo. Soy más bien lo que se llama conservador, en el sentido de continuar con la tradición.
La extensa declaración que acabo de describir, es para dejar en claro que me encuentro en el derecho y el deber de aclarar los negocios turbios e ilegales realizados por “mafiosos” judíos que afectan a la comunidad judía argentina.
También dejar sentado que no se trata de ningún resentimiento, por hechos pasados, que llevaron a un enfrentamiento jurídico con sociedades que pertenecen al gang, (específicamente Banco Hipotecario SA) en el cual la justicia me dio la razón a los planteos esgrimidos en esa oportunidad. Nada más lejos de la realidad.
La única intención del presente es demostrar que existe otra mafia que no es la siciliana, ni la italiana, ni la japonesa, ni la rusa, es justamente la MAFIA JUDIA.
Asimismo el hecho de denunciar a esta organización criminal en Argentina no es tirar ninguna piedra y esconder la mano, sino todo lo contrario, es tener una luz de esperanza para que el pueblo argentino piense que no todos los judíos somos lo mismo.
Quiero desmitificar el derrotero de los judíos de la diáspora y más en Argentina, donde no nos bajan de usureros, y que con el actuar de estos delincuentes le dan la razón a ese pensamiento popular antisemita.
Calzan perfectamente todos estos mafiosos en las definiciones de estudiosos del tema como lo es Irving Sutherland por ejemplo, donde ya los definía como ladrones o mafiosos de Cuello Blanco.
El accionar que describo de esta mafia es de libro…
Todo encaja perfectamente con las acciones que realizan en el afán de delinquir, acumular riqueza, en la desesperación de codearse con el poder – a pesar de que son vistos por el mismo poder como simples “rusitos inteligentes” – y que en la primera de cambio les sueltan la mano, como le pasó a Beraja, otro de los máximos exponentes de los judíos “religiosos” mafiosos de otra época muy reciente.
Cuando el poder (Menem) lo dejó sin protección a Beraja típico hofjude, o “judío de corte”, éste dejó a toda la comunidad judía de Argentina indefensa y con una sensación de abandono y malestar tremenda, sin mencionar la entrega que este hizo de la AMIA.
La idea es decir que tenemos salvación, que no todos los judíos de la Argentina somos como los Elzstain, Zang, Bergel, Mindlin, Lifsip de Estol, Wior, Blejer, Beraja, Grumblat, ni formamos parte de sus gangs.
Sino por el contrario hacerles frente y denunciarlos con hechos concretos, en la misma condición de judío.
Si así no fuera seguramente estaríamos ante la presencia de fascistas y nazis escandalosos, como lo son quienes se han cansado de escribir barbaridades (¿verdaderas?) de estos mafiosos, claro que no con una definición del sentido capitalista de la obtención de riquezas y con una forma mañosa de apropiarse de ella, sino expresarse en un sentido xenófobico, como el mismo Salbuchi lo dice:
EDUARDO ELSZTAIN: EL DUEÑO DE LA TIERRA EN ARGENTINA
“… si los judíos europeos tomaron Palestina, los judíos de América deben tomar Argentina”.
Sí, soy judío, los denuncio y escribo sobre las barbaridades que estos mañosos de Cuello Blanco (como los definiría Sutherland) han hecho, están haciendo y van a hacer, y esto no significa escupir para arriba, sino tratar de esclarecer a los argentinos y a la comunidad judía del mundo sobre lo que esta “banda” es capaz de realizar, y asimismo tratar de evitar que estos fascistas como Salbuchi sigan hablando de que la comunidad judía quiere “quedarse” con la Argentina y que éstos revisen el planteo de una vez, y en serio empiecen a tratarlos como una banda de delincuentes cuyo único interés es apropiarse de las riquezas del estado y de particulares afectados en sus operatorias comerciales.
CITA
“Cuando vean que para producir necesitan el permiso de quienes nada producen.
Cuando vean que el dinero fluye hacia quienes trafican influencias y no a los que comercian honradamente.
Cuando vean que los hombres se hacen más ricos a través de la estafa y no del trabajo.
Cuando vean que las leyes los amparan a ellos, en lugar de protegerlos a ustedes.
Cuando vean que la corrupción permite el éxito social y que la honestidad se convierte en un sacrificio sin sentido,
Entonces sabrán que su sociedad está condenada a muerte”.
Ayn Rand